Planear un viaje sin ninguna compañía puede representar todo un desafío. Es común que algunos miedos o inseguridades aparezcan frente a tantas incertidumbres: ¿y si me pasa algo? ¿Si me aburro? ¿Si me pierdo? ¿Si no logro tomar las mejores decisiones?
Lo mágico de los desafíos es que una vez que los tomas pueden darte una sorpresa. Y este es el caso de viajar solo, sin importar el destino ni la duración. Conoce por qué deberías animarte a hacerlo al menos una vez en la vida.
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Encontrarás que no estás tan solo como creías
Si uno de tus miedos es que al viajar te encuentres muy solitario y no tengas con quién compartir algunas cosas que te gustaría, ¡te equivocas! Hay muchas personas que viajan solas por el mundo.
Cuando te lanzas a la aventura descubres que existen muchos que hacen del viaje su forma de vida. Si te hospedas en hostels o casas compartidas, no faltará oportunidad para que conozcas personas que quizás de otra forma nunca hubieras conocido, con otra óptica de la vida, u otra cultura, que podrán enseñarte algo nuevo para ti o romper con alguno de tus prejuicios.
Tú eliges
Si viajas con amigos o con una pareja, en general, hay uno que toma la delantera para organizar o plantear las actividades. Pero viajando solo, tú eliges a cada momento: a qué hora quieres despertarte, qué quieres comer, adónde quieres ir o no ir, con qué persona quieres pasar el tiempo, etc.
A veces esto puede no resultar tan fácil; justamente porque estamos acostumbrados a que otros tomen la decisión por nosotros, o, al menos, a tener que discutirlo. Te encontrarás con el desafío de definir por ti mismo lo que realmente quieres, y ese es un aprendizaje que te resultará productivo para toda tu vida.
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Mejorarás tu confianza
Todo aquello de lo que creías que no eras capaz, esos miedos que tanto te asustaban, cuando viajas solo se convierten en certezas. Descubres que las respuestas están en ti más claras de lo que creías y que puedes cuidarte más de lo que crees. ¿Por qué? Porque viajando tu intuición se vuelve más clara, empiezas a tomar más registro de las personas o lugares en los que te sientes a gusto o en los que no, y a accionar en consecuencia. Se vuelve muy claro para ti que eres el único que puede garantizar tu propio bienestar.
Conectarás con tu corazón
Todo lo que vivas, los lugares que conozcas, las personas con las que converses... Todo, a fin de cuentas, te mostrará quién eres de verdad. Por eso, viajar solo implica una oportunidad para conocerte, escucharte y reencontrarte con tu corazón, con tu propio deseo. Esa es también otra de las magias de viajar solo: nunca vuelve la misma versión de ti mismo.
¿A dónde te gustaría viajar? ¡Cuéntanos en los comentarios!
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