¿Sabías que cada correo electrónico que enviamos o video que vemos en Internet genera una huella de carbono que contamina la atmósfera? Poco se habla del impacto que tiene la actividad digital en el ecosistema, pero lo cierto es que es uno de los factores más contaminantes.

Por su parte, el uso masivo de dispositivos tecnológicos, Internet, redes sociales, etc. crece cada vez más. No obstante, son muchas las acciones que, año tras año, se llevan a cabo para reducir este impacto ambiental.

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¿cómo contamina nuestra actividad digital?

Tan sólo un video de 4 minutos en YouTube genera el equivalente a 17 gramos de CO₂. En un día, se calcula que se consumen videos de más de 11 minutos en dicha plataforma, por lo se producen 229 toneladas de CO₂. Esto equivale a las emisiones de un cuarto de millón de pasajeros tomando un vuelo transatlántico.

En el caso del correo electrónico, enviar un mensaje con un archivo adjunto genera emisiones que equivalen al consumo eléctrico de una bombilla durante una hora. Cuando enviamos un correo electrónico, precisamos de la energía que emiten los servidores, que se encargan de almacenar la información.

Los mensajes que enviamos desde nuestros teléfonos móviles, ya sea vía SMS o mediante apps, también contaminan. Esto sucede también con los servicios en la nube, por ejemplo para mirar películas o almacenar información.

Mide tu huella aquí

consejos para reducir el impacto ambiental

Como usuarios de la tecnología, podemos cambiar nuestros hábitos para reducir la huella de carbono que genera nuestra actividad digital. La clave es disminuir su consumo: antes de responder un correo, por ejemplo, piensa si realmente es necesario enviarlo.

Mantén vacía tu bandeja de entrada. Cada correo consume energía en el servidor que lo almacena. Desuscríbete de los boletines que ya no te interesen. Si tienes archivos almacenados en la nube que no uses, elimínalos o guárdalos en un disco externo. Procura, además, hacer un uso responsable de Internet para ver videos vía streaming.

En cuanto a las redes sociales, establece un tiempo fijo al día para utilizarlas. Puedes medir su uso mediante apps e, incluso, programar alertas para que te avisen cuándo es momento de hacer una pausa.

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Apagar los datos cuando usamos wifi, al igual que desconectar los dispositivos de Internet cuando no se usen, también reduce el impacto.

Por último, desconecta dichos dispositivos cuando ya estén cargados en su totalidad. Éstos también generan una huella de carbono, que puede disminuirse haciendo un uso responsable de los mismos.

y tú, ¿qué otros consejos agregarías? cuéntanos en los comentarios

Fuentes:

The Conversation

El País