La experimentación en animales se consideran como una de las formas más crueles de explotación animal. En ellos, los animales son sometidos a pruebas extremadamente dolorosas, estresantes e invasivas y, en la mayoría de los casos, son sacrificados al finalizar.
En la actualidad, si bien existen diversas alternativas y tecnologías que no requieren estos experimentos, se estima que más de 115 millones de animales por añ (contando solo vertebrados) son sometidos a crueles experimentos con el supuesto fin de cuidar la salud y el bienestar humanos.
A pesar de la creencia común, la abundante evidencia científica ha demostrado que estos procedimientos no promueven una mejor salud humana, sino que generan el maltrato y la muerte de millones de animales.
Las iniciativas para terminar con las pruebas en animales tienen décadas de existencia. Sin embargo, es en los últimos diez años comenzaron a concretarse y aumentar.
LAS RAZONES POR LAS QUE 6 CIENTÍFICOS DEJARON DE EXPERIMENTAR CON ANIMALES
PETA, la organización mundial que lucha por los derechos de los animales, ha reunido los testimonios de los científicos que han dejando de testear en animales por razones éticas bajo el hashtag #IStoppedYouCanToo.
Uno de ellos es Tom Poulton, que cuenta que detuvo su investigación con animales y dejó de enseñar en laboratorios cuando ya no podía justificar moralmente su participación. Por su parte, John Gluck relata: "A medida que entendemos quiénes son estos animales, cómo son sus vidas, cuáles son sus intereses, sus preferencias, la forma en que expresan su autonomía, se vuelve cada vez más obvio que debe existir otra forma de hacer este trabajo”.
Otro científico de EEUU, Don Barnes, trabajaba experimentando con animales para la fuerza aérea. En su testimonio, comparte sus cuestionamientos: “¿Cuánto tiempo hemos peleado la guerra contra el cáncer? ¿Cuánto tiempo hemos luchado contra otros problemas médicos? No estamos obteniendo las respuestas tan rápido como a cualquiera de nosotros nos gustaría. Y creo que eso se debe en gran parte al hecho de que estamos utilizando los modelos incorrectos para nuestra experimentación”.
Paul Gazda, un ex experimentador de animales, explica que se utiliza el lenguaje eufemístico para limpiar el sufrimiento y la muerte de los animales utilizados en los laboratorios, y que él mismo atravesó un proceso hasta llegar a verlos como seres vivos y sintientes.
Bob Ingersoll, conocido por su trabajo con el chimpancé que usa el lenguaje de señas "Nim Chimpsky", abandonó su investigación y se convirtió en un activista por los derechos de los animales, después de que los chimpancés con los que trabajaba fueron vendidos a laboratorios para experimentación invasiva y dolorosa.
Quien también se convirtió en activista por los derechos de los animales fue Danielle Solberg. “Elegí abandonar el campo por completo cuando me di cuenta de que, en lugar de ayudar a los animales a través de mi investigación, estaba contribuyendo directamente a su sufrimiento”, relata.
¿QUÉ TE PARECEN LOS TESTIMONIOS DE ESTOS CIENTÍFICOS?
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