Se ha descubierto que los anillos de los árboles revelan una misteriosa tormenta solar que golpea cada 1000 años. Hay periodicidad en estas señales, lo cual levanta alertas debido al actual modo de vida de la humanidad.
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“Evento de Carlomagno”, también llamado “Evento Miyake”
Se le suele denominar “evento Carlomagno”, ya que la última vez que sucedió Carlomagno gobernaba en Europa. En tiempos recientes, se le denomina “evento Miyake” y es una intensa tormenta solar con efectos en la Tierra.
Este suceso arrojaría gran cantidad de radiación del espacio sobre el planeta. Cada vez que sucede, quedan isótopos radiactivos de carbono 14 en el ambiente. Estos isótopos son escasos de manera natural en la Tierra.
Al suceder estas tormentas soles, los árboles absorben estos isótopos. En así como los anillos de árboles antiguos se encuentran trazas del carbono 14 en grandes cantidades cuando suceden tales sucesos cósmicos.
Los árboles absorben carbono para su metabolismo
En la revista Proceedings of the Royal Society A: Mathematical, Physical and Engineering Sciences, 2022, se describe en detalle esta pista sobre las tormentas solares. Se estima que los árboles milenarios tienen este secreto.
Cuando Carlomagno estuvo reinando (800-814 D.C.), ocurrió algo extraño: las temperaturas aumentaron y el clima se tornó inestable. Todo parece indicar que fue el resultado de una llamarada solar.
Los árboles más antiguos de Europa, en sus anillos, revelan trazas de mucho carbono 14 en esa época. Se infiere que tal cantidad de ese isótopo solo puede llegar al planeta por una radiación solar muy intensa y poco común.
El otro descubrimiento es que tal evento parece tener una periodicidad de cada mil años. En 1859, sucedió el llamado “evento Carrington”. Una tormenta solar que generó auroras y dañó los cables de telégrafos en ese entonces.
Si algo similar sucede en nuestra época, sería un desastre. La humanidad ha pasado a depender de telecomunicaciones e Internet. Una tormenta solar, y su radiactividad, destrozaría todo el cableado y servidores de nuestro tiempo.
Rastreando las tormentas solares
Se ha buscado indicios de algo similar antes del “evento Carlomagno”. Los fósiles de árboles existentes 200 años antes de Cristo conservan sus anillos y muestran también los isótopos del carbono 14.
Todo parece indicar que es algo que sucede cada mil años. Lo cierto es que la humanidad debe prepararse ante sucesos cíclicos. Se ha demostrado su periodicidad y consecuencias.
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¿Imaginabas que las tormentas solares pudiesen detectarse en los anillos de los árboles? Este peculiar descubrimiento causa bastante curiosidad en la comunidad científica.
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