Liz Solari (39) se crió desde los tres años en Rosario, Argentina, pero nació en Barranquilla porque su familia pasó varias temporadas en Colombia, ya que su padre era técnico de fútbol. A los 18 años, Liz ganó el concurso de la agencia Dotto Models y empezó a trabajar como modelo, una actividad por la que logró hacerse famosa y que aún hoy la acompaña. Sin embargo, con los años su vida fue desplegándose hacia otros horizontes y también sufrió impactos durísimos.

En 2011 falleció súbitamente de una afección cardíaca su novio, Leo Verhagen (28). Y el tránsito del duelo y la búsqueda de sanación la volcaron a exploraciones más introspectivas, animándola a seguir con sus estudios de teatro y adentrarse en la práctica del veganismo, la meditación y la filosofía “harmlessness”, de la mano de la consejera espiritual mundialmente conocida Cher Chevalier, quien se convirtió en su guía personal. En 2018, Liz publicó junto a ella el libro Meditaciones para un viaje interior.

Desde su cuenta de Instagram (@liz_solari), ella comparte historias y reels donde visibiliza y denuncia el naturalizado trato violento y cruel de los seres humanos hacia las otras especies animales, y asume como una militancia personal el invitar a las otras personas a repensar su vínculo con los animales. El 15 de marzo último, y luego de casi dos años de arduo trabajo de investigación, Liz presentó ante el Congreso de la Nación el Proyecto de Ley Sintientes, que propone que en la Argentina los animales sean considerados por el Estado como “seres no humanos sintientes”.

“Queremos posicionar a la Argentina a la vanguardia de la defensa de los derechos de la naturaleza y los animales».

-¿Qué significaría esta nueva categoría? ¿Cómo considera en la actualidad a los animales la ley argentina?

-El Proyecto Sintientes propone modificar el estatus jurídico de los animales. Hoy, en el Código Civil y Comercial argentino, los animales no humanos son considerados objetos. Así de insólito es para la sociedad argentina, que se está enterando gracias a este proyecto de ley y ha sido incoherente con la ciencia, que ya probó hace once años que los animales son conscientes y sintientes, y esto lo podemos ver materializado en la Declaración de Cambridge sobre la conciencia animal.

La iniciativa ha generado gran interés en la sociedad argentina y cuenta con el respaldo de organizaciones internacionales y expertos como Philip Low, el autor de la Declaración de Conciencia de Cambridge, quien vino desde California para hablar a favor del proyecto en presencia de legisladores, fiscales, abogados y ONG’s, durante el lanzamiento oficial que hicimos en el Salón Blanco del Congreso.

-¿En la Argentina hay antecedentes de declaración de seres no humanos sintientes?

-Contamos con una gran cantidad de antecedentes jurídicos en nuestro país. Hay muchos casos de animales que han sido considerados sintientes por los jueces. Esto nos ha inspirado y nos ha dado a entender que los jueces están más avanzados, inclusive en cuanto a su percepción de la sentencia animal. Necesitamos que nuestros representantes, los legisladores, los diputados, las diputadas, los senadores y senadoras empiecen a interesarse por estos temas, se informen y voten este proyecto de ley, con el que queremos posicionar a la Argentina a la vanguardia de la defensa de los derechos de la naturaleza y los animales.

Liz Solari creció en la naturaleza y forjó una relación íntima y amorosa con ella.

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–¿Qué repercusiones tuviste con esta propuesta de ley?

-Tuvimos una excelente repercusión en los medios. Cuando presentamos el proyecto en el Congreso, hubo representantes de todo el mundo que vinieron a ser parte del evento. Durante el último año y medio trabajamos en equipo para prepararlo y compartirlo con la comunidad: proponemos avanzar en conjunto para propiciar un cambio de paradigma en cuanto a trato de la naturaleza y los animales. Por eso es tan importante que transformemos ese aspecto del Código y, que a partir de ahora, los animales seran considerados seres no humanos sintientes.

-Sos vegana desde hace más de una década. ¿Cómo fue tu camino hasta decantar en la necesidad de no comer carne de animales, tratándose de algo tan naturalizado en todo el mundo?

-Mi transformación alimenticia se dio a partir de abrazar la filosofía sagrada de “harmlessness”, es decir, la de no dañar a otros ni a mi misma, a la cual me introdujo mi guía espiritual, Cher Chevalier. Y eso incluye a los humanos, a los animales, a la Tierra, a una misma. El cristianismo, el budismo, el hinduismo y muchas otras religiones tienen entre su reglas de oro el no matar. Lamentablemente no se lo lleva a la práctica. Consumiendo una dieta basada en plantas contribuimos a no matar seres inocentes ni generar más sufrimiento en la Tierra.

-¿Desde cuándo te preocupa el cuidado de la naturaleza y especialmente de los animales? ¿Hubo un hecho puntual que activó tu alerta?

-No hubo un hecho puntual, es que yo crecí en la naturaleza. Forjé una relación íntima y amorosa con ella. Cuando la cuido, sé que estoy cuidando a mi madre, porque soy su hija, estoy hecha de sus elementos, respiro su aire, bebo su agua, como sus frutos. Sin ella no podría estar viva. ¿Cómo no cuidar a mi propia madre? Ese entendimiento de unidad me impulsa a amarla, protegerla y a mis hermanos y hermanas del reino animal.

“Cuando cuido la Naturaleza, sé que estoy cuidando a mi madre, porque soy su hija, estoy hecha de sus elementos, respiro su aire y como sus frutos».

-Qué papel juega la meditación en tu vida cotidiana?

-La meditación es mi aliada. La meditación te vuelve un humano más pacífico, presente, equilibrado, compasivo y creativo. La paz empieza por no ejercer violencia contra uno mismo u otros. Matar a otros seres por gula es un acto de violencia, crueldad y egoísmo. Es innecesario, y es la condena de la humanidad. Vamos a encontrar paz y libertad cuando le demos esa paz y libertad a los animales.

-¿En qué proyectos estás embarcada para la segunda mitad de este 2023?

– El 23 de junio se estrenó por la plataforma Prime Video la serie Barrabrava, donde trabajo como actriz. Y en paralelo a esto, actualmente estoy dedicada a producir contenido audiovisual conciente: películas, documentales y series que inspiren a la gente a protagonizar el cambio. Los invito a ver SLAY, un documental que lanzamos el año pasado y trata sobre el uso de pieles animales en la indistria fashion y el camino de transición necesario para que la misma sea sostenible. Está disponible en Itunes y gratuito en WaterBearNetwork. Y a fin de año lanzaremos Christspiracy, un documental centrado en las enseñanzas de amor y compasión de Jesucristo hacia todos los seres, codirigido por Kip Andersen (Cowspiracy, Seaspiracy, WhataHealth).

La activista y actriz Liz Solari, la impulsora principal del proyecto Sintientes en el Congreso.

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-Todos podemos hacer algo para colaborar a combatir el cambio climático y tener una vida más amigable con la naturaleza. ¿Qué recomendás a otras personas para que comiencen?

-Entre varios cambios que podemos encarar, sugiero transicionar a una dieta basada en plantas y consumir productos veganos, libres de crueldad y venenos. También propongo pasar más tiempo en la naturaleza en silencio, escuchándola y conectando con su sabiduría; plantar árboles nativos, comestibles, plantar flores y apoyar ONGs que hagan esto. Donar tiempo y ayuda a santuarios de animales. Y, por supuesto, meditar.