La activista malauí Pililani Mombe Nyoni, junto con la organización Do Bold, ha estado trabajando incansablemente para liberar a mujeres malauíes sometidas a condiciones de esclavitud en Omán. A través de un grupo de WhatsApp, Nyoni ha logrado reunir a más de 50 mujeres, proporcionándoles una plataforma para compartir sus angustiantes experiencias y buscar ayuda.
Una de las víctimas, Blessings, de 39 años, sufrió graves quemaduras mientras trabajaba en la cocina de su empleador en Omán. A pesar de su grave estado, se le negó el permiso para regresar a Malawi. Su hermana Stevelia, al enterarse de la situación, inició una campaña para traerla de vuelta a casa. Inicialmente, el agente afirmó falsamente que Blessings había fallecido, pero finalmente regresó a Malawi en octubre pasado, gracias al esfuerzo conjunto de su familia y el gobierno malauí.
"Jamás pensé que volvería a ver a mi familia, a mis hijos", confesó Blessings a la BBC tras su regreso.
El gobierno de Malawi, en colaboración con Do Bold, ha invertido más de $160,000 para rescatar a 54 mujeres de Omán. Sin embargo, no todas las historias tienen un final feliz. Aida Chiwalo, de 23 años, regresó a su hogar en un ataúd, sin que se realizara una autopsia o investigación sobre su muerte en Omán.
Las autoridades omaníes indicaron que el ministerio de trabajo no recibió quejas de trabajadoras domésticas de nacionalidad malauí en 2022 y solo una queja en 2023 que fue resuelta. Según Sivolobova, la mayoría de estas mujeres fueron liberadas tras el pago de entre $1,000 y $2,000 a sus empleadores.
"Esencialmente, tuvimos que comprar su libertad. Y eso es lo que me molesta. ¿Cómo puedes comprar la libertad de alguien?", cuestiona Sivolobova.
El gobierno de Malawi está desarrollando reglas para garantizar una migración segura, ordenada y regular que beneficie a los migrantes, sus familias y el país en general.
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Nyoni señala que el problema de las trabajadoras domésticas traficadas a Omán resalta un problema mayor en Malawi: la pobreza y el desempleo. "Si las jóvenes tuvieran la oportunidad de tener empleo en Malawi, no caerían en estas trampas. Necesitamos arreglar la nación para que estos jóvenes nunca queden atrapados de esta manera".
Para Georgina, superar el trauma ha sido difícil. Encuentra consuelo al contemplar el lago Malawi, uno de los más grandes de África. "Cuando observo las olas, me recuerda que nada en la vida dura para siempre. Algún día todo esto será historia", reflexiona. Ella encuentra paz y se anima a sí misma pensando que volverá a ser como era antes: la Georgina independiente de antaño.
Fuente: bbc.com.