Dormir sin ropa no solo es un asunto de confort, sino que, según diversos informes científicos, posee diferentes beneficios para la salud y el bienestar. Esta práctica favorece un descanso más profundo y reparador, además de tener un impacto positivo en la salud física y mental, según la ciencia.
Un estudio de la National Sleep Foundation de EE.UU. y una encuesta realizada por Mattress Advisor develó que dormir desnudo equilibra los niveles de cortisol, una hormona clave asociada al estrés. Al mantener una temperatura corporal correcta, se reducen dolencias como la presión arterial alta, ansiedades nocturnas y el descanso interrumpido.
Además, dormir sin atuendos posibilita una mayor liberación de la hormona del crecimiento, clave para la reparación de tejidos como huesos, músculos y piel. Según indgagaciones publicadas en Physiology & Behavior, conservvar el cuerpo fresco ayuda a conciliar un sueño más profundo, en especial en climas cálidos o para quienes transpiran en exceso durante la noche.
Beneficios principales de dormir sin ropa según la ciencia
- Regulación de la temperatura corporal: descansar sin atuendos ayuda a mantener el cuerpo fresco, lo que favorece un sueño profundo. Un ambiente cálido puede interrumpir el ciclo del sueño, mientras que dormir desnudo mejora la calidad del reposo.
- Reducción del estrés: dormir sin ropa reduce los niveles de cortisol, lo que motiva la relajación. También impulsa la producción de oxitocina, una hormona que reduce el estrés y optimiza el bienestar.
- Optimiza la salud de la piel: posibilitar que la piel respire evita problemáticas cutáneas como irritaciones y brotes de acné. La ropa ajustada aumenta la fricción y la acumulación de humedad, lo que es negativo para la piel.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: análisis indican que dormir como dios nos trajo al mundo, puede tener impactos positivos en el sistema inmune, gracias a la producción de oxitocina y a un descanso más placentero.
También te puede interesar: La ciencia estudió el efecto de dormir "cinco minutos más" tras el despertador
Otras recomendaciones a la hora de dormir
-
Adultos (18-64 años): La National Sleep Foundation sugiere dormir entre 7 y 9 horas por noche.
-
Adultos mayores (65 años o más): entre 7 y 8 horas es lo ideal.
-
Adolescentes (14-17 años): deben dormir entre 8 y 10 horas.
-
Niños en edad escolar (6-13 años): necesitan entre 9 y 11 horas.
-
Niños más pequeños y bebés: requieren incluso más sueño, con variaciones según la etapa específica de crecimiento.