El poliestireno es un material que se fabrica con pequeñas esferas del polímero poliestireno que se mezclan, usando calor, con productos químicos que las expanden hasta que aumentan 50 veces su volumen original.
Este material provoca graves daños en el medio ambiente ya que, cuando se arroja a los océanos, no se degrada. Además, muchos animales pueden ingerirlo y perder la vida, al igual que sucede con el plástico. Incluso ha sido encontrado en el estómago de muchos de ellos cuando mueren de forma misteriosa.
Algunas ciudades del mundo lo están prohibiendo, pero este material aun se utiliza con muchísima frecuencia para el envasado de alimentos.
Sayuri Magnabosco, una joven brasileña de 17 años, al enterarse de que este material toma entre 100 a 300 años en descomponerse en la naturaleza, quiso encontrar una solución. Su idea fue crear bandejas a partir del bagazo, material que se obtiene como sobrante luego de extraer el jugo de la caña de azúcar.
Con ayuda de su madre y sus maestros, Sayuri logró que su idea se vuelva realidad. En solo un año logró desarrollar un método óptimo para reutilizar ese desperdicio y obtener bandejas biodegradables. Varios premios internacionales reconocieron su labor.
Sayuri comenzó reutilizando el residuo de caña que un vendedor de jugo de su ciudad desechaba. Licuando el residuo en una procesadora común, logró obtener un polvo que luego mezcló con engrudo de harina a base de trigo y agua. Luego, lo secó en el horno. De este modo, obtuvo sus primeras bandejas.
Ahora, Sayuri trabaja en construir un horno solar para que el proceso sea aun más amigable con el ambiente, y sigue pensando cómo hacer más grande el impacto de su proyecto.
La bandeja creada se degrada en pocas semanas y es totalmente libre de tóxicos: incluso podría comerse, y nada malo les sucedería a los animales que podrían ingerirlas.
Conoce más de esta historia en este video: