Un equipo interdisciplinario de docentes, estudiantes y graduados de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina, desarrolló un biosensor de contaminantes en agua. El mismo es barato y sencillo de usar, de manera tal que le permite a cualquier individuo asegurarse de no estar poniendo en riesgo su salud.Tal como se explica en el desarrollo del proyecto, que lleva el nombre de SensAr, el acceso limitado al agua potable es un problema de gravedad que empeora con el paso de los años. La información sobre los niveles de contaminantes podría utilizarse fácilmente para modificar pautas de consumo, como desplazar los pozos, hacerlos más profundos o poner en evidencia la necesidad de un sistema de filtrado para la potabilización.El dispositivo es económico y fácil de usar, de manera tal que sus resultados pueden ser interpretados sin necesidad de contar con una formación específica. Se diferencia así de los métodos utilizados actualmente, que son costosos e involucran maquinarias complejas que requieren de técnicos que las manejen.
El procedimiento, basado en la biología sintética, consiste en colocar unas gotas del agua a testear en un pocillo. Al cabo de unas horas, las referencias muestran un nivel de color proporcional al nivel de arsénico. Esto sucede gracias a unas bacterias modificadas genéticamente para que cambien de color en presencia del agente contaminante.
Idealmente, alcanzará con un instructivo basado en imágenes para hacer las mediciones. Debería ser tan simple como un test de embarazo o uno de cloro para piletas, señaló el Dr. Alejandro Nadra, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA que lideró el proyecto. Junto a él, participaron egresados y estudiantes de carreras tales como biología, ciencias de la computación, física, química y diseño industrial.Luego de armar el equipo, evaluamos distintos contaminantes y poblaciones afectadas y nos terminamos convenciendo de censar arsénico, entre otros motivos porque teníamos cómo medirlo en el laboratorio y porque es el principal contaminante natural que vuelve no potable al agua que consumen cerca de 4.000.000 de argentinos,