El agua es un recurso tan vital como escaso. Según un informe de la UNESCO, se calcula que alrededor de 1.200 millones de personas viven en zonas donde el agua escasea físicamente y, si el escenario climático continúa como hasta ahora, en el 2030 tendremos que enfrentarnos a un déficit mundial del 40% de agua.
Teniendo en cuenta esta difícil realidad, un diseñador chileno llamado Tomás Garay Ávila ha creado una dispositivo capaz de aprovechar la humedad para convertirla en agua y así ayudar a contrarrestar tanto esta situación crítica para tantas comunidades del mundo; como, a su vez, el problema de la sequía y la desertificación que está afectando el norte de Chile.
El dispositivo forma parte de su "Proyecto Niebla" y con él se ha graduado del Campus Creativo UNAB.
Se trata de una estructura tridimensional que multiplica por tres la superficie útil de los atrapanieblas convencionales; y que funciona capturando el vapor de agua o las gotas microscópicas de la neblina costera característica del norte chileno para transformarla en agua apta para el consumo.
Al estar elaborado con una malla agrícola de 60% de apertura, cuando se condensa la niebla y choca con el atrapanieblas, los orificios de la malla permiten que se produzca su paso a gotas de agua, que son almacenadas para su uso. Además, este material tiene las ventajas de ser fácil de tensar, económico y resistente.
El dispositivo es muy fácil de instalar: ¡puede montarse en dos horas!, y es tan simple que no usa ningún mecanismo tecnológico.
Además, también pueden aprovecharse las gotas que quedan en el techo para regar un mini cultivo; o bien utilizar el dispositivo en sí mismo para generar lugares de sombra para descansar en sitios desértico.
Pero, sin dudas, lo mejor de este dispositivo es que resulta muy efectivo: de uno solo se podría llegar a obtener hasta 200 litros de agua por día. Y su diseñador ha contemplado, pensando en toda una familia, una conexión de 10 de estos atrapanieblas para generar hasta 2000 litros de agua diarios.