Para nadie es un secreto que el plástico es uno de los productos más contaminantes del planeta, tanto por ser un derivado fósil como por las grandes cantidades que se producen en todo el mundo.
Como respuesta a la contaminación causada por el plástico, miles de científicos alrededor del mundo han pasado años tratando de hallar una alternativa viable para el plástico, un material versátil que a la vez sea sustentable, y algunos creen que ya lo lograron.
Es el caso del dúo de diseñadores holandeses Eric Klarenbeek y Maartje Dros, que ha creado un “bio-plástico” derivado de las algas verdes. Pero eso no es todo, la mejor parte es que el material es muy versátil y puede moldearse por medio de impresoras 3D para tener forma de botellas de champú, cubiertos de cocina, envases para recoger basura y mucho más.
El primer paso del proceso es el cultivo de algas 100% naturales, que son abundantes y fáciles de mantener, luego la secan y finalmente la procesan para convertirla en un bio-plástico que para muchos puede ser la solución al plástico que el planeta ha estado esperando durante décadas.
Se calcula que se han producido aproximadamente 8 mil millones de toneladas de plástico en toda la historia, de las cuales 6 mil millones han sido procesadas como desechos. La mayor parte de los desechos están simplemente tirados un depósito donde tardarán 600 años en degradarse, liberando aún más toxinas hacia la atmósfera.
Hoy en día, 10 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, esparciendo químicos que debilitan la vida marina.
Es por eso que un bio-plástico hecho de algas marinas puede revolucionar al mundo. Las algas son limpiadores naturales del ambiente y son capaces de absorber el dióxido de carbono en la atmósfera, uno de los gases que causan el efecto invernadero.
De esta forma, no solo estaríamos aplacando los efectos del plástico, sino que los estaríamos revirtiendo, es decir, mejorando el estado del medio ambiente en el mundo.
Por ahora es solo una posibilidad, pero algunos expertos creen que el bio-plástico a base de algas verdes puede ser justo lo que necesitamos para reducir nuestras emisiones de CO2 y empezar a sanar al planeta.