Vivimos en un mundo cada vez menos sostenible. Nuestro estilo de vida acelerado, el consumo desmedido y la necesidad de estar todo el tiempo pendientes de los nuevos avances tecnológicos son solo algunos de los factores que provocan que la situación sea cada vez más preocupante. El problema está en que pensar en cambiar completamente el estilo de vida y el sistema en el que vivimos puede llevar siglos, que no tenemos. El mundo necesita un cambio hoy.
En este contexto, las energías renovables parecen una oportunidad de hacer un cambio trascendental en un relativo corto plazo, que podría ser la esperanza para nuestro planeta.
Las energías renovables son las que existen en cantidades ilimitadas, de modo que no se agotan a medida que se las utiliza, o bien que tienen la capacidad de regenerarse por medios naturales.
Virar a este tipo de energía podría salvar al planeta por muchos motivos, pero estos son los tres más importantes.
1. No implican una sobreexplotación de la tierra
El problema con las energías no renovables es que, justamente, son limitadas. Por eso, a medida que se acaban, es necesario hacer mayores esfuerzos para conseguir más. En muchos casos, eso implica la sobreexplotación de la tierra, el daño a grandes zonas naturales y la extinción de especies.
En cambio, las energías renovables permiten que una misma planta generadora de energía pueda funcionar siempre en el mismo lugar y utilizando los mismos recursos.
2. Colabora con la igualdad
Además de colaborar con el ambiente, estas energías son muy importantes para crear sociedades más justas e igualitarias. Puesto que la energía renovable no se agota, con el tiempo resulta mucho más accesible y permite que zonas enteras que hoy son privadas de energía puedan acceder a ella.
3. Reduce la emisión de gases que provocan el efecto invernadero
El efecto invernadero se produce por la emisión de gases, particularmente vapor de agua, dióxido de carbono (CO2) y metano. Al acumularse en la atmósfera, impiden que el calor que llega desde el sol pueda volver a salir de la Tierra: tal como pasa en un invernadero. Así, a lo largo de los años, la temperatura media del planeta ha ido subiendo, llegando al punto crítico actual.
La generación de energía eléctrica a través de combustibles fósiles es hoy la principal causa de emisión de estos gases, y por ende, la industria que más influye en la aceleración del calentamiento global. La generación de electricidad con energías renovables, en cambio, no produce estas emisiones, y podría hacer un cambio radical en la situación medioambiental.
El compromiso de las empresas
Las energías renovables son una de las mayores esperanzas del planeta para poder sostenerse en el tiempo. El problema es que la intención individual de pasarse a este tipo de energía ayuda, pero no basta. Es necesario que las empresas proveedoras comprendan la necesidad de hacer un giro hacia otro tipo de generación de energía.
Aunque llevó mucho tiempo empezar a pensar este cambio, hoy cada vez más empresas se suman a pensar que es posible abastecer a ciudades, y quizá países enteros, a base de energías renovables.
El caso YPF Luz y su Parque Los Teros
El caso de YPF Luz en Argentina es uno de los ejemplos de que pensar en otro sistema de producción de energía es posible, y es una esperanza para que otras empresas empiecen a animarse. Actualmente, YPF Luz se encuentra avanzando en la construcción del parque eólico Los Teros ubicado en Azul, provincia de Buenos Aires. Con una inversión total de unos 200 millones de dólares, el parque generará 174 MW de energía limpia, el equivalente a las necesidades de 228.000 hogares.
En términos de sustentabilidad ambiental, la generación de energía eólica desde este parque significará una reducción de emisiones de 8,8 millones de toneladas de CO2 en 20 años, respecto de la misma producción de energía a través de una central térmica, lo que equivale al ahorro de 81.800 m3 de diésel o 130 millones de m3 de gas natural.
A partir de la creación de este parque, se abastecerá de energía renovable a plantas de industrias importantes.
De este modo, se inicia una cadena de sustentabilidad que comienza en la provincia de Buenos Aires, y que puede llegar a todo el país y, ¿por qué no? Empezar a replicarse en todo el mundo.