Si estás leyendo este artículo, estás dependiendo de la energía eléctrica: puede que estés leyéndolo en un ordenador que esté enchufado a la corriente, o en un dispositivo móvil que la almacena en su batería. Pero, en ambos casos, la realidad es que la mayor parte de las actividades que realizamos la necesitan.
La electricidad nos permite muchas cosas, pero también producirla tiene un gran costo ambiental y ecológico. Los recursos a partir de los que se obtiene en la mayoría de los casos, como los combustibles fósiles, son limitados y su disponibilidad escasa hace que, mientras algunos pueden disfrutar de todos los servicios, otros no cuenten con ella, cayendo en una gran desigualdad. Además, esto implica que en algún momento, ya no podríamos contar con ellos.
En ese inconveniente que produce la dependencia energética pensaron los físicos rusos Leonid y Sergey Plejanov cuando se propusieron imitar la mítica Torre de Tesla.
Para muchos, Nikola Tesla fue el inventor más grande de la historia de la humanidad. Pero uno de sus inventos, la torre de Wardenclyffe, que tuvo un magnífico desarrollo teórico, nunca terminó de construirse en el mundo real.
De acuerdo a las teorías de Tesla, este proyecto podría haber sido el sistema más eficaz del mundo para la producción y transmisión de electricidad.
Sin embargo, aunque en 1900 se comenzó a construir cerca de la isla de Manhattan, el proyecto nunca se finalizó, supuestamente por razones desconocidas, aunque se cree que fue por la falta de apoyo financiero.
Más de cien años después, dos científicos rusos se propusieron llevar la Torre de Tesla a la realidad. Aunque no será un trabajo fácil, los hermanos se muestran muy esperanzados.
“Imagínese la posibilidad de poner paneles solares a una distancia de 100.000 kilómetros en el Sahara, y construir una torre de transmisión de alto voltaje industrial allí. Esto será suficiente para suministrar energía al mundo. Ya podríamos olvidarnos de las estaciones de servicio, plantas de carbón, centrales nucleares, etc", comentó uno de ellos a los medios.
Como primer paso, Sergueid y Leonid están montando un laboratorio experimental para comprobar que el proyecto es posible. Para financiarlo, lo cargaron en una plataforma de crowfunding.
En realidad, el punto fuerte de la Torre de Tesla no es la producción de energía, sino su transmisión. Aunque existen métodos sustentables y efectivos de obtener energía limpia, como la energía solar, el almacenamiento y transporte suele ser costoso o acarrear tantos problemas como la producción de energías fósiles.
En cambio, la enorme torre proyectada tendría la potencia suficiente para transmitir la energía limpia a todo el mundo. "El desierto del Sahara recibe en seis horas la energía solar suficiente para abastecer al planeta durante un año", explican los hermanos.
Se necesitan 800.000 dólares para financiar el proyecto. Si se consiguen, no solo el sueño de Nikola Tesla estaría realizado, sino que el mundo contaría con una fuente de energía libre.