La robótica es una disciplina que combina tecnología y programación. El escritor ruso Isaac Asimov la definió como la ciencia que se encarga de estudiar y diseñar a los robots. A su vez, definió las ‘Tres leyes de la robótica’ para sus novelas de ficción:
- Un robot no puede hacer daño a un ser humano.
- Un robot debe de cumplir las órdenes dadas por un ser humano mientras no haga daño a ningún otro humano.
- Un robot debe de velar por su existencia siempre que no sea contradictoria con la primera y la segunda ley.
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La robótica en el proceso educacional infantil busca formar a niños que desarrollen diversas habilidades cognitivas, como así también pretende ayudar a los niños en edades tempranas a usar la razón, desarrollar la lógica y resolución de problemas a través de los juegos.
El mundo cambia constantemente y, por supuesto que también desde la perspectiva de la educación. Es por ello que tenemos que ir adaptándonos a estas transiciones. La tecnología y su implementación en distintos ámbitos avanzan a pasos agigantados, y éste es un claro ejemplo de ello.
Mientras que los niños aprenden ciencia, también desarrollan autonomía, el pensamiento lógico y estimulan su creatividad. El objetivo principal no es que sean programadores desde muy pequeños, sino crear un espacio que favorece la implementación de amplios conocimientos práctico-lúdicos.
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El médico psiquiatra William Glasser sostenía la teoría de que el aprendizaje es mucho más provechoso cuando se lo aplica a cosas reales o se lo enseña, es decir, cuando hacemos algo con él. Creó la pirámide de aprendizaje en donde mencionaba que el ser humano recuerda: el 5% de lo que escucha, el 10% de lo que lee, el 30% de lo que ve en funcionamiento y el 75% de lo que pone en práctica.