Cuando pensamos en una casa ideal, muchos la imaginamos por fuera como las que vemos en las películas: con un techo a dos aguas,  enormes ventanales, y un jardín. 

Pero las ciudades no siempre permiten ese tipo de casa de ensueño que tenemos en mente. Sin embargo, eso no significa que los espacios disponibles no puedan adaptarse para hacernos felices.

Éste es el caso de una joven pareja portuguesa que decidió construir su casa familiar en un garaje. No disponían de otro espacio, pero no querían postergar sus sueños, ¡así que lo intentaron!

El estudio de arquitectura Fala Atelier transformó el garaje sin ventanas (aunque amplio, de 200 m2) ubicado en Lisboa, en una perfecta vivienda.

Todo en la vivienda fue resuelto para aprovechar las fortalezas del espacio con el que se contaba, y compensar sus inconvenientes.

Se aprovecho la amplitud y la falta de muros para crear ambientes amplios y elegantes con una decoración minimalista aunque colorida.

La ausencia de divisiones en los ambientes se solucionó con creatividad, con cortinas y una distribución que permita la privacidad; y la falta de luz fue compensada con una iluminación intensa desde arriba.

La única entrada de luz natural, que es también el portón de entrada de la vivienda, se aprovecha como un espacio de descanso acogedor.

Optar por cortinados en lugar de muros internos posibilita que, cuando la pareja lo desee, pueda eliminar todas las divisiones, ya sea porque están solos y no las necesitan, o al contrario, porque quieren utilizar la casa entera para una gran reunión con amigos o familia.

Las plantas y los detalles en colores intensos son la clave para que el espacio no resulte encerrado ni agobiante, y también los colores blancos predominantes son de ayuda para ello.

Si vieras la casa desde afuera, ¡jamás adivinarías lo que se esconde tras ese portón!