Cada aproximadamente 7 horas, un rinoceronte muere asesinado, para que su cuerno sea vendido en un cruel mercado negro en el que se paga por sus supuestas propiedades curativas, o bien, como un excéntrico bien de lujo.
Junto con muchas otras especies, el rinoceronte es un de los animales que están en extinción y podrían desaparecer durante el 2016. Esta triste realidad afecta cada día a más especies. Entre las causas de este problema, las más graves son la destrucción del hábitat natural de los animales para la siembra, y la caza deportiva.
Actualmente existen solo 5 especies de rinoceronte, que desde hace muchos años es uno de los trofeos preferidos de los cazadores furtivos de Sudáfrica. Dos de ellas están en peligro crítico de extinción, mientras que las otras dos son vulnerables a serlo. Sin embargo, un grupo de mujeres sudafricanas está trabajando, con mucha determinación, para salvarlo.
Ellas son las Black Mambas, o Mambas negras; un ejército de mujeres que no buscan hacer la guerra, sino salvar la vida de esta especie amenazada.
Las Mambas son, por ahora, 29; y todas ellas tienen estudios de bachiller, pero estaban desempleadas al momento de comenzar con esta tarea. Recibieron entrenamiento intensivo en tácticas de seguimiento y combate; visten uniformes camuflados y recorren el Parque Nacional Kruger; en Sudáfrica, para disuadir a los cazadores.
El nombre "Mamba Negra" fue tomado de la serpiente más venenosa del continente africano. Desde que comenzaron con su actividad, las Mambas han logrado disminuir en un 90% la caza de Rinocerontes con respecto a los sectores del parque en los que nadie se encarga de esta tarea.
El escuadrón se formó en 2013, y en 2015 ellas recibieron el reconocimiento Campeones de la Tierra de parte de las Naciones Unidas, un galardón que distingue el esfuerzo que están realizando, y también los notables logros que han obtenido.
Las mujeres que conforman este escuadrón tienen un claro mensaje hacia el mundo: "Si trabajamos juntos como comunidad podemos resolver esto. La gente tiene que abrir sus mentes, sus corazones. No es cuestión de dinero, es acerca de nuestra cultura, nuestro futuro”.
Cada vez que salen de su casa, las Mambas Negras no saben si volverán, porque en el bosque hay cazadores y animales peligrosos. Pero eso no les impide emprender cada día su tarea con valentía y convicción.
¡Sigamos su ejemplo y trabajemos cada día por un mundo mejor!