Cuando pensamos en techos o tejados, puede que los imaginemos planos, o que pensemos en el tradicional tejado a dos aguas, con forma de triángulo y una doble pendiente.
En algunas partes del mundo, como en las regiones alpinas, se diseñaron techos para las viviendas teniendo en cuenta las condiciones climáticas. Los techos a dos aguas con pendiente muy pronunciada son típicos de aquellos lugares en los que en invierno nieva, y la forma triangular es la manera de que la nieve se deslice hacia abajo y salga del techo por sí sola.
Como muchas veces sucede, trasladar los diseños a otras regiones, en lugar de pensar qué es lo mejor para cada clima, puede ser una mala idea. En las zonas áridas, por ejemplo, los tejados con pendiente no tienen ninguna utilidad; pero el contrario, un techo que acumule el agua en vez de drenarla, podría ser la solución a muchos problemas.
Pensando en crear un tejado adecuado para las zonas de lluvias escasas, BMDesign Studios propone un diseño para los climas más áridos, una solución arquitectónica llamada techo cóncavo, que consiste en un sistema de doble techo diseñado para recoger y almacenar el agua de lluvia.
Este techo podría ser una solución para luchar contra la escasez de agua, pero también para conseguir la refrigeración natural del edificio, una necesidad que las regiones áridas también suelen tener.
Según explican desde el estudio, en las zonas áridas que inspiraron el diseño, la recogida de agua de lluvia es complicada debido a las altas tasas de evaporación y a las bajas precipitaciones anuales.
Este sistema, con un área de captación en forma de cuenco, está diseñado para ayudar a recoger incluso las cantidades más pequeñas de lluvia, que se funden en gotas más grandes debido a la concavidad del recipiente, para permitir la recogida antes de la evaporación.
Por otra parte, el techo inferior, que cubre la vivienda, es convexo y abovedado. Un techo cóncavo encima de un techo convexo favorece la refrigeración natural a través del movimiento de la sombra y del viento entre ambos techos.
La clave está en que el área de captación en forma de cuenco está lo suficientemente inclinada para llevar las gotas de lluvia hacia un punto central, donde se canaliza hacia un sistema de almacenamiento.
Allí viene el segundo secreto: para alojar el sistema de almacenamiento se usan espacios entre las paredes, de manera que ayude a regular la temperatura interior del edificio.
Siempre que hablemos de diseño y arquitectura sustentables, debemos recordar que nunca hay soluciones mágicas aplicables para todo el planeta, sino que la clave está en entender las particularidades de cada región.