En noviembre Uruguay construirá la primer escuela sustentable de América latina. El proyecto estará a cargo de Michael Reynolds, el arquitecto conocido como “el guerrero de la basura”, fundador de Earthship Biotecture.
Michael Reynolds es un arquitecto norteamericano. No es un arquitecto común y corriente de esos que vemos realizando planos para cualquier edificio altísimo de Times Square. Michael concibe su oficio como un motor fundamental para cambiar al mundo, para romper con lo establecido. Él mismo cuenta:
“Fui a The School of Architecture and Interior Design de la Universidad de Cincinnati, hice todos los cursos, obtuve mi título, y en ese momento me dí cuenta que la arquitectura que había aprendido a ejercer no servía para nada: no tenía nada que ver ni con el planeta, ni con las personas y sus necesidades. Me encanta dibujar y construir, pero la profesión no está enfrentándose a los temas que verdaderamente creo que importan. [...] Se nos está acabando el petróleo, el agua, estamos en medio del calentamiento global, la población se está expandiendo. Necesitamos hacer algo ya mismo, mañana en la mañana, hoy”
Así fue como en 1978 decidió trasladarse a Nuevo México y creo “Earthship Biotecture” un proyecto que durante años consiguió generar comunidades autosuficientes que, a partir de la creación de viviendas y edificios ecológicos, desafiaron el orden establecido.
Earthship surge a partir de la experimentación del propio Reynolds durante muchos años. El arquitecto se encargó de ir probando la utilización de distintos materiales desechables (como botellas de plástico y vidrio, llantas de vehículos, envases de plástico y aluminio y latas) para construir viviendas que no dependieran de las estructuras convencionales.
Así, el arquitecto logró crear hogares energéticamente autosuficientes, producto de un sistema de reciclado de materiales. Las mismas se proveen agua a sí mismas, mantienen la temperatura confortable y reciclan sus propios desperdicios.
Este año, el arquitecto visitó Uruguay, más precisamente Jaureguiberry, en el departamento de Canelones y confirmó que será el artífice, junto a un equipo de arquitectos y un grupo de voluntarios, de la creación de la primera escuela autosustentable de latinoamérica.
La escuela, según lo confirma la web oficial de Uruguay, comenzará construirse en noviembre y se estima que la construcción tardará aproximadamente ocho semanas. El edificio será de 270 metros cuadrados y será autosuficiente en cuanto a la generación de electricidad, calefacción y agua corriente. Contará con paneles solares y un sistema de recolección de aguas pluviales para la cocina, el baño y para el riego de los invernaderos. Además, tendrá un sistema de tratamiento del agua residual para ser reusada.
La planta de la escuela está pensada para interactuar con el entorno para aprovechar la luz solar. Y, como toda construcción del estilo de “Earthship Biotecture”, será hecha a partir de materiales reciclables como latas, botellas de vidrio, envases plásticos y neumáticos. Además, la escuela no solo será una institución educativa para todos los que viven en esa zona, sino que también, por sus cualidades ecológicas, será un invernadero para cultivar alimentos orgánicos y un espacio para que los niños de la región conozcan.
En la obra participarán 70 voluntarios quienes se capacitarán en el sistema y aprenderán a aplicarlo para futuras construcciones. La iniciativa fue apoyada por organismos estatales y por organizaciones sin fines de lucro que promueven la reutilización de neumáticos. La escuela contará con tres salones, dos baños, una huerta orgánica ubicada en todos los espacios de circulación de la escuela. El costo total será de 400.000 dólares aportados por la organización de Reynolds “Earthship Biotecture”. A su vez, se planea organizar un concurso académico de formación para que la comunidad aprenda sobre el tema. Para realizarlo, los concurrentes abonarán una matrícula que sirve para costear el proyecto.
“El dinero lo aporta la organización, pero se hace también un concurso académico de formación, para que la gente aprenda, se paga una matrícula y con eso se obtienen fondos”, explicó Reynolds. Earthship Biotecture se dedica desde hace 45 años a la construcción de viviendas autosustentables. Sus edificaciones se encuentran en países tan diversos como Sierra Leona, Haití, Australia, Escocia, España, Francia, Holanda, Guatemala, Argentina y México, entre otros.
Uruguay no tiene una conducta ciudadana muy marcada en materia de ecología y no han implementado aún la enseñanza a nivel masivo del reciclado de residuos. Sin embargo, el arquitecto afirma que esta nueva escuela creará un hábito sustentable en la población ya que, como bien afirma él: “ Lo interesante no es seguir diciéndole a la gente que está mal tirar cosas y que no hay que hacerlo, sino mostrar que esas cosas tienen un valor y dárselo. Las botellas, las latas, los neumáticos, si ven que son de valor, van a empezar a juntarlas”.
Si bien esta es la primera escuela autosustentable de latinoamérica, el arquitecto ha trabajado realizando edificios sustentables en Ushuaia y El Bolsón (Argentina) y en La Isla de Pascua (Chile). Todas estas fueron construcciones privadas.
En el año 2014, se realizó en Chile la Escuela de Música Rapa Nui fundada por la concertista Mahani Teave y un constructor chileno Enrique Icka. El diseño tiene el prototipo “flor”, es una planta octogonal con siete salas y un acceso, además de, por supuesto, baños y un espacio de almacenamiento.
En ese mismo año, en Tierra del fuego, más precisamente en Ushuaia (al sur de Argentina)se fabricó la primer casa hecha a partir de residuoscon estas mismas características . Esta casa fue bautizada como Tol-Haru y fue realizada a partir de 330 neumáticos, 3000 latas de aluminio, 5000 botellas de plástico y 3000 de vidrio. La construcción es en forma de herradura para maximizar la iluminación natural. A su vez, como es una ciudad donde se alcanzan muy bajas temperaturas, los muros interiores están hechos de neumáticos rellenos de tierra que funcionan como aislantes del frío exterior.