Por Florencia Gallino (@sitopia.ar)*

Regar es la principal tarea del huerto, y la que nos tomará más tiempo. A menos que decidamos automatizar el sistema, será algo de casi todos los días. Cuando los huertos no son muy grandes, y son para consumo personal, es mejor que el riego sea manual y no automático, ya que hacerlo de esta manera nos obliga a salir todos los días a observar, a ver cómo se está dando todo, y esto nos permite llevar un mejor manejo. Cuando el riego se automatiza, puede que nos ausentemos unos días, en los cuales suelen desarrollarse plagas que no controlamos a tiempo.

A su vez, el acto de regar suena como la tarea más fácil del huerto, pero si no lo hacemos correctamente, podemos interrumpir actividades de las plantas, lavando nutrientes y desperdiciando agua. Cuando regamos, no solo estamos dando de beber, el agua es el canal a través del cual las raíces también absorben los nutrientes, actividad fundamental para el desarrollo de las plantas.

Para un riego eficiente y benéfico, estas son algunas actividades a considerar:

1. No todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua.

No es lo mismo regar una suculenta que regar una lechuga. Las suculentas requieren muy poco riego, y un exceso las puede matar, mientras que las lechugas necesitan mucha agua, y si no se riega lo suficiente, la planta se estresa y busca rápidamente cumplir su ciclo.

Dentro de las hortalizas, hay plantas que toleran mejor la sequía que otras. Las que mejor lo hacen son la acelga, el maíz, los espárragos, la batata, las hojas de mostaza, los okra, la berenjena y las legumbres. En caso de no tener tiempo de regar todos los días, puedes optar por poner alguna de estas en el huerto.

2. De la calidad de nuestro suelo dependerá su capacidad de retener agua.

¿Alguna vez viste como empezabas a regar una maceta y el agua rápidamente salía por debajo? Esto es porque el sustrato tiene muy poca capacidad de retención de agua. Uno de los sustratos con mayor capacidad de retención es el compost. Por eso es importante que siempre represente al menos el 50% del total del sustrato de nuestro huerto. Además, aporta todos los nutrientes que las plantas necesitan.

3. Cuanto más pequeña la maceta, más rápido se evapora el agua.

Las macetas pequeñas son un problema, no solo por falta de espacio para las raíces, sino también por la velocidad con la que se seca el sustrato. Es importante que le demos un buen espacio a nuestras hortalizas, y para aquellas que están en macetas pequeñas, tener en cuenta que van a necesitar un riego más frecuente.

4. Evitar mojar las hojas cuando regamos de día.

Cuando regamos durante el día, las plantas están haciendo fotosíntesis y transpirando a través de sus hojas, es por ello que debemos evitar mojarlas y regar directamente alrededor del tallo. Únicamente cuando las hojas de las hortalizas estén con tierra o suciedad, se recomienda rociarlas con un poco de agua para limpiarlas, siempre por la tarde, cuando ya bajo el sol.

5. Cuando sembramos en macetas, todo es limitado, incluso la cantidad de nutrientes que están disponibles para las plantas.

Si nosotros regamos y el agua sigue de largo y sale por debajo de la maceta, esta se lleva nutrientes en el camino y lava el sustrato. Es por ello que debemos echar suficiente agua para que las raíces puedan absorber, pero no demasiada para que se lave la tierra.

6. Es recomendable usar algún filtro de cloro para el agua.

El agua de red viene tratada con cloro, que mata los patógenos pero también los microorganismos benéficos que viven en la tierra. Es por eso que es bueno colocar un filtro de carbón activado, hervir y dejar enfriar el agua, o buscar alguna solución para filtrar el agua de red.

7. El momento de día en que regamos depende de la temporada del año.

En invierno se sugiere regar temprano por la mañana, de esta manera las plantas tendrán el día para absorber agua y nutrientes, y por la noche el sustrato no estará tan húmedo y frío. En verano el mejor momento para regar es la tarde, luego de que bajó el sol. De esta manera, el calor no evapora el agua durante el día, y las hortalizas tienen toda la noche para hidratarse. En verano, si el calor es muy fuerte, podemos reforzar regando por la mañana también.

Fuente: cortesía de @sitopia.ar

8. Una de las actividades clave para mantener el suelo vivo y húmedo es el “mantillo”, “acolchado” o “mulch”.

Se trata de una capa de materia orgánica seca. Puede ser paja, hojas secas o corteza de madera. Las repartimos por todo el cajón de cultivo, alrededor de las plantas, cubriendo todo el sustrato.

Esto tiene múltiples beneficios: el primero es mantener más tiempo la humedad del suelo, el segundo es evitar que crezcan hierbas que compiten con nuestro cultivos y el tercero, aportar materia orgánica a nuestro sustrato.

Aunque parece sencillo, regar correctamente es una actividad clave para la salud de nuestro huerto, e incluso para la nuestra. El riego se puede convertir en un momento del día con nosotros mismos, donde frenamos y conectamos con el entorno: el sonido del agua, el contacto con las plantas y el aroma de la tierra mojada, se transforma en una meditación activa, donde estamos dando y recibiendo, para y con la naturaleza.

* Florencia Gallino se dedica a promover la conciencia ambiental dentro de la ciudad. Fundadora del proyecto Sitopia, hace años que promueve el cultivo, el compost, y la sustentabilidad urbana. A través de comunicación, talleres, diseño y mantenimiento de espacios comestibles, y acciones colaborativas, Florencia busca inspirar a que todos empiecen a comer de sus propias macetas y jardines.