La exploración en biomateriales para la construcción de ropa es un terreno fértil y en crecimiento, que va desde vestidos de novia obtenidos de mantillo de árbol hasta prendas hechas de levadura.

Erin Smith es una artista cuyo trabajo se centra en torno a temas de sostenibilidad, residuos y el futuro de la fabricación de telas. La innovadora diseñadora se propuso hacer crecer su propio vestido de novia a partir de materiales biodegradables. No quería que su boda fuera dictada por la tradición de tener que usar algo que probablemente quedaría en desuso después del gran evento. Después de utilizar el vestido, en lugar de colocarlo al fondo de su armario donde hubiera quedado en el olvido durante décadas, ella quería ser capaz de compostarlo.

El vestido de Smith está hecho de una mezcla de materia vegetal apta para el uso, de tierra vegetal y hongos microscópicos, llamados micelio - un tipo de hongo naturalmente blanco, que se cría en un tipo de residuo agrícola que requiere muy poca energía. Los hongos están unidos entre sí formando una lámina de tejido viviente que se moldea a la forma que se desea y que luego se cuece para detener su crecimiento. Como todas las plantas, el vestido es completamente biodegradable y se puede utilizar para el jardín después de su deterioro.

“Hacer crecer ropa a partir de cero podría eliminar tanto las emisiones de carbono causadas por su transportación y permitir que una prenda se puede cultivar para adaptarse a tus medidas y especificaciones precisas" dice Smith, y agrega: “(El vestido de novia tradicional) es un ejemplo perfecto de un modelo de uso de energía intensiva y no-sustentable que es representativa de muchas otras decisiones que tomamos todos los días".

La explicación detrás de la idea de armar un vestido de novia de cosecha propia, era tomar un objeto de uso caduco y reconstruirlo a partir de un material apropiado de acuerdo a su vida útil. De hecho plantea que cualquier novia puede hacer crecer su propio vestido en alrededor de una semana, y tras el día de su boda reutilizarlo, esta vez como fertilizante. En el caso particular de Erin Smith, y por haber intentado crearlo durante las primeras etapas de su investigación, ella no logró terminar el último tercio del vestido, pero hoy en día está terminado y disponible, para que curiosos pasen y vean.

Estos extraños materiales pueden sonar como algo irreal y lejano del uso diario, pero en un futuro podrían tener una influencia concreta en cómo se fabrican piezas de moda. Crear ropa de una combinación de materia vegetal y hongos microscópicos podría ser una realidad a largo plazo y con el perfeccionamiento necesario.

No es la primera vez que se utilizan biomateriales en la construcción de prendas de vestir, pero debido a la importancia cultural que se le da al vestido de novia, la idea es hacer brillar una nueva luz sobre este tipo de diseño para aquellos que quieran ser más respetuosos del medio ambiente. Además de ayudar en la reducción de la cantidad de residuos de lino, Smith dice que espera que su proyecto inspire a otras mujeres para hacer crecer sus propios vestidos sustentables.

Con nuevas formas de pensar en el medio ambiente y en cómo aprovechar las oportunidades que la naturaleza nos da, tal vez sea el momento de cosechar en la tierra de la moda. Fuente: http://www.growablegowns.com/ http://inhabitat.com http://www.ecovativedesign.com/