¿Cómo serán las ciudades del futuro? Muchos se hacen o se han hecho esta pregunta; y algunos artistas, poetas y cineastas han intentado responderla. En esta búsqueda, muchos han intentado advertir sobre un futuro desolador: si continuamos viviendo como lo hacemos, las ciudades del futuro serán grises, contaminadas y sin vida. En los mejores casos, el cine nos ha mostrado el futuro como tecnológico y automatizado, y en el peor, completamente devastado.

¿Pero cómo serían las ciudades si hoy mismo diéramos un giro a la manera de pensarlas? ¿Cómo se verían si se planificara respetando la vegetación y la biodiversidad que existía antes del desarrollo urbano? ¿Estamos a tiempo de recuperar los paisajes naturales que precedían a la urbanización?

Todo esto se preguntó el arquitecto y artista belga Luc Schuiten, y como resultado creó una serie de dibujos llamada Ciudad Vegetal, que ha sido expuesta en Bélgica y en el mundo, y que nos muestra cómo podrían ser las ciudades del futuro si comenzáramos hoy mismo a pensar desde otro paradigma. 

A continuación puedes ver seis diseños de ciudades vivas, que han sido pensados por Luc cuestionando los conceptos de la arquitectura tradicional y reemplazándolos por el Biomimetismo, es decir,  si la arquitectura tuviera como meta encontrar una manera de convivir en comunión con la naturaleza.

Sus diseños urbanos no han sido llevados a la realidad, pero Schuiten ha trabajado en el diseño y planificación de ciudades y edificios reales para hacerlos más verdes y amigables con el planeta.

1. La ciudad de las olas

La ciudad de las olas se renueva constantemente a sí misma, respetando el ritmo de vida de los árboles que crecen en torno al lago sobre el que fue construida. 

Es una ciudad-bosque circular. La mayor parte de ella es un bosque joven que se desarrolla bajo la supervisión de un grupo de arquitectos-jardineros. A su alrededor, se encuentra el bosque maduro, en el que pueden desarrollarse nuevas construcciones. Por último se encuentran los árboles muertos, que servirán como humus para enriquecer el suelo de los bosques nuevos. 

Las construcciones se orientan hacia el sur, para poder recibir los rayos del sol que el lago refleja. 

2. La ciudad trenzada

En la ciudad trenzada, los edificios están construidos en una malla formada por raíces de higuera que crecen sobre un árbol soporte. Estos árboles pueden desarrollar raíces de un tamaño suficiente para cobijar viviendas debajo de ellos, y son tan resistentes como una estructura de hormigón.

Las paredes exteriores de las edificaciones serían similares a la tela de araña o a la de los gusanos de seda, y al ser semitransparentes permitirían aprovechar la luz solar.

3. La ciudad del Loto

La ciudad del Loto fue pensada por Schuiten en conjunto con el cineasta François Vives, para el rodaje de una película sobre la flor de Loto en Japón. 

La flor de Loto es un símbolo de la unión de la tecnología y la naturaleza, porque los especialistas consideran que hay mucho que aprender de ella, de su resistencia a las adversidades y de su capacidad de aprovechamiento de los recursos. 

¿Qué mejor que basarse en ella para pensar una ciudad?

4. La ciudad de los habitárboles

Los habitárboles (habitarbres, en francés) son árboles habitables diseñados por Schuiten para que un bosque pueda ser adaptado para ser habitado por los humanos. Si vivéramos en una ciudad como ésta, seríamos más parecidos a las hadas.

Todas las estructuras y materiales utilizados para la construcción de los habitárboles imitan a la naturaleza y la respetan. Las paredes exteriores que forman las fachadas están confeccionadas en una piel  de proteínas transparentes inspiradas en las alas de las libélulas, que dejan pasar la luz. Las losas del suelo y los muros están confeccionadas en barro estabilizado con cal y mantienen naturalmente el calor. La ventilación está inspirada en las casas de las termitas y la iluminación simula la bioluminiscencia de las luciérnagas y los peces abisales.

5. El urban-cañón

¿Por qué en lugar de devastar las áreas vivas del planeta para habitarlas, no volvemos habitables las zonas devastadas?  Luc Schuiten pensó en cómo adaptar a la vida urbana las mesetas desérticas y cañones del planeta.

Pensó en construcciones rocosas que se camuflen en el paisaje y en materiales transparentes inspirados en los caparazones de los moluscos y las estructuras de los corales. 

Habría estanques de piedra caliza para contener el agua de las escasas lluvias y estructuras que permitieran aprovechar la generosa luz solar de los desiertos.

6. Las ciudades huecas

Luc Schuiten diseñó las ciudades huecas en 1970, junto con su hermano Francois. Eran ciudades imaginarias en las que se aplicaban los conocimientos de los habitantes originarios de Nuevo México, que construían pensando en el Sol. De esta forma, la ciudad tendría, por ejemplo, invernaderos extraíbles y una pirámide de paneles solares resistente a fuertes vientos. 

Este proyecto de ciudad sostenible se podría construir hoy mismo, y no solo eso, sino que sería menos costoso que una ciudad moderna como las que se construyen hoy en día. El ingeniero Jean-Louis Maupu estudia cómo trasladarla a la realidad.

¿En cuál de estas ciudades te gustaría vivir?