Todos conocemos al alguien que sobrevalora sus capacidades, sus aptitudes y sus conocimientos.
¿Has escuchado a alguien decir que conduce mejor que los demás, que sabe más de algún tema que la mayoría, o que es más gracioso? Es posible que sea verdad, pero puede que esté siendo víctima del efecto Dunning-Kruger.
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En 1999, los científicos David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell publicaron un artículo en el que explican por qué los que menos saben creen saber más, y por qué los que más saben creen saber menos.
Este video es una charla TED sobre el tema. Puedes activar subtítulos en el primer ícono en la parte inferior derecha.
Según los expertos, se trata de una ilusión cognitiva, un sentimiento falso que nubla nuestro juicio. En caso de los menos calificados, se consideran más inteligentes que los demás porque son incapaces de percibir su propia incompetencia, y en el caso de los más calificados, se debe a que creen que las cosas que para ellos son fáciles también los son para los demás.
Ambos concluyeron que: “La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás”.
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Esta mala interpretación de las propias capacidades llega incluso a contradecir las estadísticas. En un estudio, el 30% de los ingenieros de software de una empresa creían estar entre el 5% de los mejores de la empresa. En otro, el 88% de los conductores estadounidenses creían manejar mejor que el promedio.
En una de las gráficas del estudio de 1999, se observa que los que obtuvieron los peores resultados en sus pruebas en algunas ocasiones creían saber casi tanto como los más expertos, quienes a su vez se consideraban menos conocedores de lo que en realidad se comprobó con la prueba.
En el caso de las personas más ignorantes, sucede porque no tienen suficiente experiencia para darse cuenta de sus verdaderas capacidades. Además, aplican sus prejuicios, intuiciones e ideas preconcebidas a otros campos de conocimiento y confunden este sesgo con verdadero conocimiento.
Incluso, puede que alguno de nosotros, sin importar qué tan bien puestos tengamos los pies sobre la tierra, estemos siendo víctimas de este efecto en algún área de nuestra vida, porque según los investigadores no somos capaces de conocer los límites de nuestra incompetencia.