El misterio de por qué algunas personas superan los 100 años mientras que otras fallecen de forma inesperada a menos de 60 ha fascinado a muchos científicos desde hace décadas.
Son muchos los que quieren desvelar todos los misterios que hay alrededor de por qué envejecemos y cómo podemos revertir sus efectos, pero no fue hasta hace poco que alguien se dedicó a tomar muestras de ADN de las personas más ancianas de Estados Unidos y otros países del mundo.
Esa persona es James Clement, un hombre 61 años que se considera a sí mismo un “científico ciudadano”. Más importante todavía, además de tomar sus muestras de sangre, se ha dedicado a publicar en línea los análisis del código genético de algunos de los miembros del experimento, con la intención de que estén siempre disponibles para cualquier investigador.
El objetivo es que en el futuro estos datos sean comparados con los de otras personas del mundo para determinar si realmente las personas que alcanzan edades muy altas están predispuestas genéticamente, es decir, saber si sus genes tienen el secreto para una vida larga y sana.
En particular, James Clement se dedicó a rastrear, identificar y obtener muestras de sangre de los llamados supercentenarios, es decir, las personas que viven más de 110 años, de los cuales se cree que existen alrededor de 150 en el mundo.
Sin embargo, realizar un estimado es sumamente difícil debido a que en muchas regiones del mundo se pierden los registros o simplemente no existen, lo que hace difícil confirmar la edad de muchas personas mayores.
Una particularidad muy importante de las personas que superan los 110 años es que, a diferencia de los crecientes grupos de personas que alcanzan los 90 y 100 años, aquellos que llegan a la decimosegunda década rara vez enfrentan enfermedades o incapacidad prolongadas antes de morir, un beneficio que les permite llevar una vida doméstica activa e incluso hacer actividad física.
Muchos de los supercentenarios han atribuido esta increíble cualidad a sus hábitos personales.
“Caminatas por la mañana y chocolate” dijo una mujer que alcanzó los 113 años. Por su parte, el que llegó a ser el hombre más anciano de Estados Unidos a los 110 años, Clarence Matthews, mencionó los batidos que toma en el almuerzo y la compañía de su familia.
Al día de hoy, ningún científico tiene la clave para una larga vida y sana, mucho menos para alcanzar y superar los 100 años, pero el trabajo de James Clement está abriendo muchas puertas y puede resultar sumamente importante para las investigaciones del futuro.