Hay luces que se niegan a apagarse. La de Eduardo Galeano esuna de esas que brillará en la oscuridad del mundo por siglos. Ahí donde losprofetas, los rebeldes y los genios están, ahí reside la memoria de uno de losuruguayos más ilustres de la historia.  


Una voz que siempre luchó por América Latina. Que conocía su belleza, pero no sólo nos habló de esa hermosura y la transformó en un cursi paisaje para el que quisiera recorrerla. Él nos enseñó la tierra abierta, la desigualdad y la incongruencia de los gobernados y los que gobernaban.  

Galeano luchó contra la injusticia y alentó al pueblo a hacerlo. Nos dijo que aunque tuviéramos traumas del pasado no podíamos dormirnos ante las dictaduras y la explotación de la tierra que ni siquiera beneficiaban al pueblo sino a otros. Estas frases de Eduardo Galeano deambulan entre el optimismo del cambio y el dolor del pasado, pero si algo dejan en claro es la riqueza infinita de este continente.












Para cerrar, tal vez la única forma de hacerlo es con otra frase del escritor, una que te habla directamente a ti, a mí, a todo el continente: