Todos los días hacemos muchas acciones pequeñas casi de forma automática. Desayunamos, chequeamos las redes sociales, nos lavamos los dientes, salimos a trabajar, etc.
Pero la manera en que haces algunas de ellas podrían estar bloqueando tu felicidad sin que lo sepas. ¿Cómo es posible? La ciencia lo responde, y la buena noticia es que ¡tiene solución!
1. Caminar con los hombros caídos
De acuerdo a un estudio publicado en el Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, caminar con los hombros bajos, la espalda curva y pequeños movimientos en los brazos no siempre es señal de decaimiento: puede directamente generarlo. Por el contrario, caminar con paso seguro y la cabeza erguida podría favorecer un mejor ánimo.
La sola postura corporal al caminar puede, así, generar emociones positivas o negativas. No solo tiene que ver lo que piensas con lo que expresas en tu cuerpo, también puedes ayudar con tu comportamiento físico a cambiar aquello que piensas y sientes. ¡Inténtalo!
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2. Fotografiar constantemente todo
Aunque hace no tanto tiempo atrás la fotografía era una verdadera reliquia, hoy la facilidad de llevar la cámara en el teléfono móvil ha convertido a la foto en un registro constante de todo lo que hacemos.
Pero esta facilidad de fotografiar, filmar, grabar audios, y escuchar música condiciona la manera en que disfrutamos de cada momento y en cómo los recordamos.
Así lo señala un estudio publicado en la revista Psychological Science, llevado a cabo con un grupo de personas que visitaron un museo. De acuerdo a lo registrado, los objetos que más dificultades tuvieron los participantes para recordar fueron precisamente aquellos que fotografiaron, en relación con los que solo vieron.
La autora del estudio, la científica de la Universidad de Fairfield, Linda Henkel, señaló que: "La gente tan a menudo usa sus cámaras casi sin sentido para capturar un momento, al punto de que están perdiendo lo que está sucediendo justo en frente de ellos". Ya agregó: "Para recordar, tenemos que acceder e interactuar con las fotos, en lugar de simplemente acumularlas".
3. No hacer nada de ejercicio
Seguramente ya hayas escuchado que la actividad física no solo le hace bien a tu cuerpo, sino también a tu mente. Un estudio publicado en JAMA Psychiatry lo comprueba. De acuerdo a éste, hacer actividad física 3 veces por semana disminuye un 19% el riesgo de padecer de depresión.
Según los investigadores de la University College de Londres, las personas con depresión tenían menos probabilidades de estar físicamente activas, mientras que las que eran más activos tenían menos probabilidades de deprimirse; incluso, por ejemplo, una mayor frecuencia de actividad por semana a los 50 años de edad, podría diminuir en un 6% los síntomas de depresión.
4. Mantener una relación tóxica
Los vínculos pueden nutrirte y hacerte feliz, o generarte de forma continua ansiedad o depresión. Aunque a menudo es difícil distinguir qué tipo de vínculos son lo que pueden estar afectándote, una vez que logras alejarte de ellos o trabajarlos a nivel psicológico percibirás que el bloqueo que te generaban ya no existe.
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5. El Multitasking
Aunque hacer muchas cosas al mismo tiempo (el famoso "multitasking") aparece como una de las habilidades más valoradas del mercado de trabajo, no siempre es la mejor opción. Aunque creemos que estamos siendo "más productivos", pequeños hábitos como comer delante del ordenador, pueden aumentar el estrés y alejarnos de nuestro entorno.
Por eso, en este caso, lo más recomendable es prestar atención a una tarea por vez, estar presente y organizarse el tiempo de manera tal de poder cumplir con las obligaciones, sin afectar a la salud.
6. No descansar bien
Dormir es tan necesario como alimentarse. El sueño es el mecanismo que nuestro cuerpo tiene para regenerarse; por eso un mal descanso puede afectar tanto las funciones físicas como las emocionales.
Descansar bien te hará sentirte mejor y con más energía.
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7. No tener buen sentido del humor
Existen muchos estudios que revelan los beneficios que la risa genera en nuestra salud. Ésta es una de las mejores medicinas para la ansiedad, la depresión y el estrés.
Pasar tiempo con amigos, con la pareja o con la familia puede ser la respuesta sencilla a darle espacio a la risa dentro de tu día a día.
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8. No darse el espacio para escucharse a uno mismo
Así como es importante pasar tiempo con quienes más queremos y desarrollar vínculos de calidad, también es vital tener un espacio de intimidad con uno mismo para observar cómo nos sentimos, alinear nuestras metas personales, comprender lo que nos sucede y que generalmente no prestamos atención, y disfrutar de nuestra propia compañía para que luego, el encuentro con el otro sea mucho mejor.