Muchas vecesdamos las cosas por sentado y creemos que simplemente así funciona el mundo.Cuando alguien nota algo distinto o critica un aspecto que está profundamentearraigado en el imaginario colectivo, se le tacha de distintas cosas:alborotador, raro e incluso ávido de atención.
De unos años paraacá, el feminismo ha tocado la puerta de muchas situaciones que eran normalizadasy se ha demostrado la triste realidad, que muchas de ellas tienen profundostintes machistas que parecen casi imposibles de cuestionar o criticar.
Un caso específico es el cine. Con poco más de un siglo de historia, el cine se ha convertido en una de las expresiones artísticas predominantes en el mundo. Por esa razón es que también se ha convertido en uno de los grandes medios de comunicación que moldean la mentalidad de millones de espectadores. ¿No es eso suficiente para cambiar la narrativa que han contado desde hace un siglo?
El test de Bechdel es una prueba creada en los años ochenta en las siguientes preguntas demuestran si una película es machista:
- ¿Tiene al menos dos mujeres en pantalla?
- ¿Hablan entre ellas?
- ¿Hablan de algo que no tenga que ver con un hombre?
Para sorpresa de muchos, películas galardonadas con los más grandes premios en la industria fallan el cuestionario.
Un ejemplo son las películas del viejo oeste que revolucionaron al cine en todo el mundo. Hoy su legado ha sido reinterpretado por todos los países activos fílmicamente, pero si analizas las películas de su época de oro, puedes ver que todos los protagonistas son hombres y las mujeres simplemente son un recurso romántico o damiselas en peligro.
Muchos se resguardan en que eran otros tiempos y así se hacían las cosas, pero ya en el siglo XIX las mujeres tenían mucha más voz y presencia que en siglos anteriores, el cine no tiene justificación.
Grandes clásicos como “Star Wars” o “Ciudadano Kane” fallan la prueba e incluso películas mucho más recientes como “500 días con ella”, “El señor de los anillos” (con más de 11 horas juntando las tres películas en su versión extendida) o “Avatar”, probando que a pesar de que ya hay historias que fácilmente la superan (por ejemplo “Sirvientas y criadas”) aún queda mucho por hacer.
Siempre que veas una película, sobre todo un estreno, revisa el test de Bechdel. Te sorprenderá cómo es que algo que parece tan inofensivo como una película infantil, a veces puede promover viejos estereotipos o simplemente pasar por alto a más de la mitad de la población mundial.