En  una reserva natural cercana a Haverfordwest, Gales, ocurrió una historia que es divertida, pero además nos recuerda la importancia de respetar la naturaleza.

Carol Howarth, una mujer de 68 años, estaba regresando a casa en su auto luego de visitar una reserva natural cuando se detuvo a hacer las compras y notó que una gigante nube de abejas estaba persiguiendo su coche, un Mitsubishi Outlander.

El enjambre se veía como una enorme nube sobre el coche, y cuando éste se detuvo, se posaron sobre él. Carol estaba sorprendida y algunos curiosos se acercaron a intentar ayudar. Pero afortunadamente el guardabosques Tom Moses se encontraba cerca y pudo llamar a la brigada de apicultores, para que solucionaran el problema sin dañar a las abejas.

Gracias a su trabajo como cuidador de áreas naturales, Tom sabía que, si alguien intentaba espantar a las abejas del automóvil utilizando su sentido común, podía llegar a tirarles agua, pegarles o arrojarles algún veneno, y eso hubiera sido terrible porque las abejas son una especie fundamental para conservar la biodiversidad en el planeta.

Todo lo que vemos en la naturaleza depende de alguna manera de ellas: son necesarias para la reproducción de la mayoría de las especies vegetales y, en consecuencia, para la vida de los animales que se alimentan de estas plantas, y para nosotros. El 75% de los cultivos del mundo depende de su polinización o la de otros insectos. Dicho de otra manera, sin abejas no hay vida.

Sin embargo, actualmente estos pequeños insectos están muriendo en una proporción de un 30% anual, una tasa que representa el doble de la considerada normal. La causa de esta mortalidad acelerada tiene que ver con la contaminación, el calentamiento global, los agrotóxicos y otros factores que tienen a los humanos como principales responsables.

Es por eso que es nuestra responsabilidad hacer algo para ayudarlas. Hay formas de colaborar con ellas, como construir un hotel para abejas en tu jardín o fabricar bombas de semillas para reforestar desde el aire.

La historia podría haber terminado así, sin embargo, al día siguiente, Carol se encontró con que las abejas habían regresado a su automóvil y la habían perseguido durante muchos kilómetros.

La brigada de apicultores tuvo que regresar, y determinaron que las abejas estaban tan preocupadas por seguir a ese coche porque la abeja reina estaba encerrada dentro (probablemente atraída por algo dulce), ya que las abejas muchas veces persiguen a la reina si ésta, por ejemplo, cambia de colmena. Sin embargo, no pudieron encontrarla.

La historia se dio a conocer porque Tom, el guardabosques, subió un video a las redes sociales mostrando el increíble enjambre de abejas persiguiendo el automóvil, y aprovechó la repercusión de la curiosa historia para concientizar a las personas sobre la importancia de cuidar a las abejas para proteger la vida en el planeta.

"Las abejas necesitan nuestra ayuda y me preocupaba que algún idiota viniera a verter agua sobre ellas o alguna estupidez así", comentó el guardabosques a los medios de comunicación.