El árnica es una planta medicinal originaria de Europa que se ha utilizado desde la antigüedad con fines medicinales. Suele ser nombrada también como "flor de tabaco", ya que los montañeses solían fumar sus hojas secas para tratar problemas respiratorios.
Reconocida por sus flores amarillas similares a las margaritas, esta planta crece en las montañas y puede alcanzar un metro de altura.
¿Cuáles son los usos del árnica?
Esta planta es utilizada para tratar naturalmente lesiones, hematomas e hinchazones, ya que posee propiedades antiinflamatorias. Además, funciona como un agente antibacterial que actúa evitando las infecciones, favoreciendo la cicatrización y disminuyendo el color morado característico de los golpes debido a su capacidad de estimular la circulación sanguínea.
Por otro lado, sus propiedades analgésicas contribuyen a aliviar dolores musculares, artritis, desgarros y esguinces.
Otros de los usos y propiedades del árnica son aquellos vinculados al tratamiento de la piel. Su crema se aplica para combatir el acné y otras afecciones de la dermis.
¿Cómo aplicarla?
El árnica se emplea generalmente de modo externo sobre la piel, ya que puede causar efectos secundarios tóxicos cuando se toma por vía oral.
La excepción son los preparados homeopáticos orales, que si bien contienen árnica, la utilizan de forma diluida y son administradas bajo supervisión médica.
Las flores secas o frescas y las raíces son las más utilizadas en los preparados medicinales.
Puedes aplicar árnica de forma externa de las siguientes maneras:
- Utiliza paños embebidos en infusión de árnica para tratar los moretones.
- Usa la infusión de sus hojas como enjuague bucal para aliviar dolores de garganta, curar aftas o problemas de encías. Precaución: ¡no la tragues!
- Empléala en forma de crema o pomada preparada con su extracto. Servirá para aliviar esguinces, torceduras, dolor muscular y curar pequeñas heridas. También para hidratar y suavizar la piel. Para el mismo fin, también puede emplearse en forma de tintura, elaborada con 40 gramos de raíz seca y 200 gramos de flores secas maceradas durante 10 días en un recipiente con alcohol.
De todas formas, antes de utilizar cualquier método medicinal debes consultar con un especialista para que te informe y asesore sobre la manera más adecuada de aprovechar estas propiedades para ti.
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