Es posible que nunca hayas oído hablar del aceite de palma. Pero lo que es prácticamente imposible es que nunca hayas utilizado o consumido un producto que lo contenga. Desde las galletas hasta las cremas para el pelo, una enorme cantidad de productos de uso diario lo contiene.
Por eso, resulta sorpresivo que un supermercado elimine el aceite de palma de sus góndolas: se quedará sin un enorme porcentaje de sus productos y, en consecuencia, de sus ventas. Pero la cadena SuperSano decidió no vender más productos con aceite de palma: eligió poner la salud y el cuidado del planeta por delante del negocio.
El aceite de palma no es nada saludable, y tampoco sustentable.
En cuanto a la salud, el aceite de palma es una grasa saturada en más de un 50% de su composición, por eso incrementa el nivel de colesterol "malo" en la sangre, el riesgo de sufrir infartos y otras enfermedades del sistema cardiovascular. Puedes leer más sobre los daños que causa el aceite de palma aquí.
Por otra parte, en cuanto al planeta, el cultivo de aceite de palma supone la deforestación de inmensos bosques tropicales del sudeste de Asia y de África, lo que conlleva una gran pérdida de biodiversidad vegetal y animal. Su cultivo pone en peligro la existencia de árboles primarios, y de animales como orangutanes, elefantes, tigres y una multitud de otras pequeñas especies.
Además, según explicaron los responsables de SuperSano en un comunicado, las grandes compañías que lo extraen imponen a los nativos de esas zonas del planeta condiciones de trabajo y vida inhumanas, vulnerando reiteradamente los derechos internacionales.
La cantidad de productos que contenían aceite de palma en España salió a la luz cuando la legislación aprobada a fines de 2014 obligó a los fabricantes a detallar qué aceites y grasas vegetales utilizaban exactamente en la elaboración de sus productos. A partir de ese momento, los responsables de la cadena SuperSano se vieron ante un desafío: decidir entre continuar vendiendo productos que no eran verdaderamente sanos; o ser fieles a sus principios.
Finalmente, tomaron la decisión. Hace ya cinco meses que retiraron estos productos de sus góndolas. Aunque en principio les preocupaba una posible baja en las ventas, han comprobado que omitir el aceite de palma no perjudica su negocio, y que además muchos consumidores y organizaciones han manifestado el apoyo a la decisión. También han comprobado cómo algunos de los productos retirados están siendo reformulados por sus productores, suprimiendo el aceite de palma de la lista de ingredientes.
“Ha supuesto una decisión complicada, porque hemos tenido que reducir nuestro surtido de productos de panadería, pastelería, bollería, galletas, chocolates, cremas para untar, snacks, etc., pero queremos ser coherentes con nuestros principios”, explicó Jesús Sánchez, gerente de la compañía.
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