Seguro que alguna vez has escuchado hablar de los trastornos alimentarios, manifestaciones extremas de preocupación por el peso y la comida, que incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el comer compulsivamente.
Si bien el diagnóstico se aplica a hombres y mujeres por igual, las mujeres tienen una probabilidad considerablemente más alta de sufrirlos, sobre todo las jóvenes en edad adolescente y adultez temprana.
Pero, ¿qué sucede cuándo una persona sufre de anomalías alimentarias, pero no cubre suficientes síntomas para ser diagnosticada con algún trastorno alimentario? En esos casos, la persona sufre de Trastorno Alimentario No Especificado (TANE), una condición no menos peligrosa y que puede llevar a otros trastornos si no se identifica y trata a tiempo.
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Según los expertos, el TANE afecta particularmente a personas de edades comprendidas entre 12 y 24 años, y se considera la tercera enfermedad crónica con más prevalencia en los jóvenes.
¿Cuáles son las causas y los síntomas?
Los síntomas del TANE frecuentemente se consideran como cuadros incompletos de anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, es decir, personas que presentan algunos síntomas, pero no todos. Por ejemplo, una mujer que sufre de la condición puede presentar los síntomas de anorexia nerviosa, pero aún mantener ciclos menstruales normales y regulares.
Las personas con TANE sufren de atracones, ayunos y vómitos, y pueden pasar de comer muy poco a ingerir grandes cantidades de alimentos. No se las puede considerar anoréxicas o bulímicas, ya sea porque aún están dentro de los márgenes normales de peso o porque no sufren atracones con tanta frecuencia.
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Las causas, según explican los expertos, son múltiples y se observan como una interacción compleja de factores psicológicos, físicos y socioculturales que interfieren en el comportamiento del individuo. La cercanía entre esta condición y la adolescencia no es coincidencia: este momento de la vida viene acompañado de una serie de cambios biológicos y psicosociales que pueden ser desconcertantes.
Por último, los especialistas resaltan la influencia de las redes sociales. En ellas, los jóvenes son expuestos frecuentemente a cuerpos irreales que se convierten en la norma de cómo "deben" verse las personas. También discuten al respecto con sus compañeros de la escuela y, poco a poco, pueden empezar a sentirse insatisfechos con su propio físico, disparando síntomas anormales.
¿Qué hacer para evitar caer en este trastorno?
Se recomienda seguir diariamente las siguientes pautas para mantener una alimentación sana y balanceada:
- Incorporar cinco porciones de frutas y verduras a lo largo del día
- No evitar el desayuno
- Disminuir el uso de pantallas y eliminar el televisor de la habitación
- Favorecer las actividades al aire libre e incentivar las caminatas
- Establecer gradualmente horarios fijos de comida
- Tomar suficiente agua
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No hay que menospreciar ni restarle importancia o gravedad al TANE. El hecho de que se encuentre en un lugar intermedio entre otros trastornos alimentarios no es razón para pensar que no es un asunto serio.
Los trastornos alimentarios son enfermedades graves, difíciles de tratar y perjudiciales para la salud y la nutrición, que están asociados con una baja calidad de vida y mortalidad prematura.
Si crees que alguien sufre de alguna anomalía alimentaria, es importante que le aconsejes que asista a una consulta con un médico para que reciba el cuidado necesario. Solo él podrá proporcionar un diagnóstico y tratamiento para la recuperación.
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