Los acondicionadores para el cabello están compuestos, por lo general, de un conjunto de sustancias químicas que incluyen amonio cuaternario (partículas con carga positiva para neutralizar los efectos dañinos de la mayoría de los shampoos), emolientes, grasas (que a veces son animales, como el aceite de castor) y siliconas.

Aunque el acondicionador esté pensado para revertir el daño que pueda causar el shampoo, puede ser que no quieras todos esos ingredientes en tu cabellera. 

Si quieres reemplazar el acondicionador por algo más natural, puedes probar con un acondicionador orgánico, o también algún tratamiento que prepares tú mismo, como esta receta a base de jengibre.

Si eres constante y reemplazas el acondicionador durante al menos dos semanas, verás que la diferencia es muy notable.

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Tratamiento a base de jengibre

El jengibre tiene muchos beneficios para el cabello: repara el daño, hace que crezca más rápido y fuerte, ayuda a combatir la caída y además, elimina la caspa.

La raíz de jengibre contiene más de 17 aceites esenciales, mejora la circulación y ayuda a combatir infecciones o inflamaciones del cuero cabelludo. En esta receta se combina con la miel, que ayuda a nutrir el cabello y suavizarlo. 

El aceite de oliva que también incluye te ayudará a desenredar el cabello y protegerlo hasta el próximo lavado. Si tienes cabello graso, prepara la receta sin aceite, y usa unas gotas de aceite puro para desenredar las puntas antes de enjuagar. 

Ingredientes:


Preparación:

1. Ralla el jengibre y colócalo en un recipiente.

2. Agrega el aceite y la miel, y lleva todo a la licuadora hasta obtener una mezcla homogénea.

3. Si quieres tener acondicionador para varios lavados, prepara más cantidad y guarda en el refrigerador. 

4. Todos los días aplica la mezcla luego de haber enjuagado el shampoo. Deja actuar 5 minutos, enjuaga bien y desenreda.

5. Una vez por semana, puedes hacer una mascarilla más intensa, como si fuera un baño de crema: aplica la mezcla sobre el cabello húmedo, y deja actuar 40 minutos, cubriendo con una toalla o gorra de baño. Luego, lava el cabello otra vez.

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