Las asiáticas suelen aparentar menos edad de la que tienen, y transmitir una imagen eternamente joven. Algunos estudios mencionan la genética como causa principal, mientras que otros trabajos académicos apuntan a determinados rasgos de la piel y a los rituales que tienen para su cuidado.
Se dice que la piel de las mujeres orientales, tardan 10 años más en mostrar arrugas que la de las mujeres occidentales. Si bien es cierto que la genética las ha beneficiado con una dermis más gruesa y una mayor producción de colágeno, también es verdad que invierten en su piel a través de cuidados estrictos, una alimentación saludable y siguiendo métodos naturales y ancestrales típicos de su cultura.
Conoce algunas de sus técnicas y rituales más famosos.
1. Limpieza e hidratación
Para ellas es fundamental eliminar el maquillaje y todo lo que pueda contaminar su piel, especialmente antes de dormir. La mayoría utiliza aceites naturales como el de oliva y argán y complementan su rutina con productos como leche limpiadora o agua micelar.
Antes de hidratar su piel o usar algún tratamiento, practican una técnica llamada Otefuki, que consiste en aplicar toallas con vapores calientes a los que agregan gotas de aceites aromáticos como lavanda o romero para abrir los poros de la cara y lograr que éstos penetren en las capas más profundas de la piel. Además, utilizan productos de texturas más ligeras como aceites como el de camelia que hidrata la piel y también puede utilizarse para el pelo.
2. Masajes faciales
Tienen diferentes técnicas de masajes que incorporan 2 o 3 veces a la semana. Por ejemplo, los masajes Eishodo o Tanaka. Con ellos sustituyen las cirugías estéticas porque estimulan la circulación, limpian el sistema linfático y ejercitan los músculos de la cara. Esto ayuda a prevenir los primeros signos de envejecimiento.
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3. Protección solar
En la cultura japonesa la piel blanca es sinónimo de belleza. Así que contrario al bronceado que buscamos en Occidente, en Japón las mujeres se protegen mucho del sol para evitar mancharse y perder colágeno y elastina. Para ellas, el protector solar es un producto básico en su ritual de belleza en cualquier época del año.
4. Té
El té verde y blanco son básicos en su dieta. Tienen un alto contenido de antioxidantes, por lo tanto, ayudan a combatir los radicales libres y el envejecimiento prematuro de la piel. Para empezar a tomarlo, inicia con una o dos tazas al día y después incrementa su consumo. Si tomas café, el té verde, es un excelente sustituto.
5. Alimentación
Las japonesas son un claro ejemplo de que la piel debe cuidarse por dentro y por fuera. Su alimentación es más alcalina y las grasas que consumen son en su mayoría grasas buenas como Omega-3 que proviene del pescado. Otro ingrediente protagonista es el alga wakeme que además de aportar vitamina B, calcio y potasio, conserva el ácido hialurónico, vital para mantener la elasticidad de la piel.
6. Renunciar al azúcar y apostar por el jengibre
Es posible frenar la oxidación celular. ¿Por ejemplo? disminuyendo el consumo de azúcar.
Las chinas apenas lo consumen, según los estudios de mercado. Prefieren los sabores salados o picantes. Y entre sus alimentos fetiche, nunca faltan el jengibre y el ajonjolí negro, que neutralizan la acción de los radicales libres.
7. Resguardarse en casa del estrés y del frío
El segundo mayor enemigo de las chinas después del sol es el frío. Solo beben agua caliente, y nunca toman helado.
Según la medicina china tradicional, el consumo de líquidos fríos altera el equilibrio del cuerpo y puede originar enfermedades, por ello lo ideal es beberlos a la misma temperatura del cuerpo, 36 ºC.
Según Inmaculada Canterla, farmacéutica especializada en Medicina 'Antiaging' y miembro de la SEMAL (Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad): "Cuando una persona no está sometida a estrés y ansiedad, y el cansancio y el frío pueden provocarlo, los niveles hormonales permanecen equilibrados en el organismo. Por el contrario, si estamos sometidos a situaciones de estrés y tensión, las hormonas, como el cortisol y la adrenalina, alcanzan valores elevados. En circunstancias normales, el organismo es capaz de regularlos a través del sistema nervioso simpático, pero si el estrés o la ansiedad son crónicos o muy recurrentes, se acelera el envejecimiento".
8. Cumplir unos horarios rígidos de comida y descanso
Los chinos se despiertan temprano, se acuestan temprano y toman una siesta obligatoria después del almuerzo. Toda China desayuna, almuerza y cena al mismo tiempo. Está demostrado, según un estudio publicado en la revista 'Science' , que llevar unos horarios fijos ayuda a combatir el envejecimiento, ya que permite regular los ciclos circadianos 'día-noche', ayudándonos a descansar mejor y ser más productivos.
Manteniendo unos hábitos regulares, en los que cumplamos siempre el mismo horario, aumentamos nuestra longevidad y calidad de vida.
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