Los primeros momentos del día son cruciales para determinar cuál va a ser el enfoque con el que nos manejaremos en nuestro trabajo e interacciones con los que nos rodean hasta que volvamos a dormir en la noche.

Por eso, es importante comenzar nuestras mañanas con hábitos adecuados que nos permitan estar lo más tranquilos posibles y, al mismo tiempo, maximizar nuestra productividad.

Estos son cuatro malos hábitos que nos alejan de una mañana libre de estrés, y sus posibles alternativas.

Mirar el teléfono

Estamos tan acostumbrados a los teléfonos inteligentes que en muchas ocasiones, lo primero que hacemos en el día es revisar nuestras notificaciones en redes sociales, correos y mensajes directos.

Según la psicóloga María Hurtado, de la clínica de AGS Psicólogos Madrid, "terminar el sueño con la alarma de un despertador lleva al cerebro a pasar de 0 a 100 en cuestión de segundos”.

Es decir, que la alarma por sí sola causa un estrés enorme y las infinitas notificaciones de tu celular tampoco ayudan, lanzándote de cabeza hacia una lista de "qué hacer" cuando estás recién comenzando el día.

En cambio, se recomienda hacer ejercicios de relajación durante 5 a 10 minutos al abrir los ojos. Respira profundamente y mantener el cuerpo relajado. Estos ejercicios ayudan a mejorar la concentración, regulando el estrés durante los primeros momentos del día.

Levantarse con el tiempo justo

La mayoría de las personas estarán de acuerdo con que levantarse con el tiempo demasiado justo es muy estresante. Ir contra reloj siempre produce una sensación de adrenalina que no es muy adecuada para la mañana.

Puede causar mal humor o irritabilidad. Perder la calma desde las primeras horas solo termina en cansancio, tensión muscular y otras emociones negativas que provocarán irritación y, en definitiva, un mal día.

La alternativa es simplemente irnos a dormir más temprano para levantarnos más temprano. Esto nos evitará el estrés de las mañanas ajetreadas, que casi inevitablemente se convertirán en días estresantes.

Beber café

Cuando despiertas, el cuerpo ha pasado alrededor de 8 horas sin ingerir comida ni agua. Por eso, una taza puede causar una verdadera sobredosis de cortisol, la hormona del estrés.

Debemos evitar que nuestra primera comida del día venga acompañada por un esfuerzo muy alto y una dosis de estrés. Al despertarnos, lo ideal es ir acostumbrándonos lentamente a la vigilia, no llenarnos de energía de un solo salto.

La recomendación es dejar pasar dos o tres horas desde que nos levantamos para beber café.

Usar el transporte público o el automóvil

Se entiende que para muchas personas no hay más opción que usar vehículos para llegar a su trabajo, pero deberíamos acostumbrarnos a darle algo de prioridad a caminar una parte del trayecto.

Navegar el tráfico abarrotado de las primeras horas es una situación muy estresante. Diversos estudios confirman que mientras más tiempo se pasa en el auto, más se deteriora nuestro bienestar psicológico.

Caminar ayuda a oxigenar y ejercitar al cuerpo. Esto promueve la relajación y activa nuestra mente, fomentando la creatividad y brindándonos una mayor sensación de bienestar general. Además, nos permite darnos un corto "baño de sol", que aporta vitamina E.

[También podría interesarte: 8 cambios muy sencillos para enseñarle a tu cuerpo a despertarte más temprano]

¿Qué te parecen estas recomendaciones? ¿Haces alguna de estas cosa por las mañanas?

Fuente:

Pijama Surf