Envejecer es inevitable. Es algo que todos transitamos lentamente, así que eventualmente a todos nos llegarán las tan temidas arrugas en la cara. Sin embargo, existen ciertas maneras de retrasar y acelerar el proceso.
El envejecimiento prematuro es real y algunos de los hábitos que parecen más inofensivos tienen un efecto sorprendentemente dañino sobre nuestro cuerpo. En particular, hay cinco hábitos cotidianos que muchos realizamos con los que estamos acelerando el envejecimiento de nuestro rostro.
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Dormir boca abajo
Este hábito, que puede parecer inofensivo, tiene efectos a largo plazo. El roce contra las sábanas debilita la piel, y nos deja con esas características marcas en la cara.
¿Por qué sucede esto? Con el roce se rompe el colágeno y el tejido elástico de nuestro rostro. Además, dormir boca abajo causa bolsas en los ojos e hinchazón, y con el tiempo provoca flacidez en todo el rostro, así que es mejor evitarlo.
No tener una rutina de limpieza
Limpiar tu rostro antes de ir a la cama es fundamental para remover el maquillaje, la suciedad y el sudor acumulado durante el día. Todas estas cosas pueden tapar los poros y causar brotes.
Por el contrario, limpiar demasiado el rostro puede llevar directamente al envejecimiento prematuro, por lo que tampoco hay que saltar de un extremo a otro. Debemos limpiar el rostro en la mañana y la noche utilizando productos ideales para nuestra piel, preferiblemente con agua tibia.
Demasiada variedad de productos para el cutis
Las rutinas de cuidado de la cara deben contener la menor cantidad posible de productos. Los que tienen retinol suelen ser usados para contrarrestar las arrugas, y si se mezclan con otros que contienen peróxido de benzoilo (para tratar el acné), el resultado será un caldo para la sequedad y la irritación.
Esto es solo un ejemplo de como los productos se pueden combinar con resultados desastrosos. Es mejor quedarnos con los que ya conocemos y funcionan para nuestro tipo de piel.
Falta de hidratación
Esto es elemental, pero en medio del ajetreo de cualquier día se nos puede olvidar tomar el agua necesaria. A largo plazo, este hábito genera sequedad, arrugas en el área de los ojos y pérdida de la elasticidad de la piel. Así que la hidratación debe ser una prioridad.
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Algunos de estos hábitos están tan arraigados en las personas que nunca habrían notado que los practican sin que alguien más se los señale. Sus efectos son discretos, pero a largo plazo la diferencia es notable.
¿Tienes alguno de estos hábitos? ¿Vas a cambiarlo de ahora en adelante? Dinos lo que piensas y comparte con tus amigos.
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