Los accidentes son muy comunes, y no solamente en niños pequeños. ¿Cuántas veces nos golpeamos sin querer, nos quemamos con una asadera caliente o nos cortamos el dedo al picar un vegetal para la cena?

Estar distraídos puede ser una de las causas más frecuentes de accidentes. En esos casos, si se trata de cosas leves y hogareñas, un botiquín y algunos conocimientos de primeros auxilios pueden ayudarte, pero también pueden complicarlo si es que no sabes bien cómo actuar. Por eso es importante que eches por tierra algunos mitos.

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El alcohol no está recomendado para los primeros auxilios. Si hay una herida, debe lavarse con agua y jabón neutro. Si es grande y sangra, se debe ejercer una leve presión con una gasa hasta que pare.

Este es un error muy común. Cuando hay una quemadura, lo mejor es el agua natural para bajar la temperatura de la piel. Coloca la herida debajo del grifo y deja que el agua corra de 15 a 30 minutos, que es el tiempo en que tarda en bajar la temperatura.

No es conveniente poner pomadas directamente, ya que en general tienen efectos inhibidores del dolor. Si la quemadura es profunda, ve al médico.

Este también es un error. Las palmadas en la espalda son fáciles de realizar y funcionan. No hay evidencia que indique que un golpe atragante más.

Si alguien no puede toser, hablar, o se lleva las manos a la garganta, lo primero será tranquilizarlo y luego darle cinco golpes entre los omóplatos con el talón de la mano. En caso de que esto no funcione, se deben realizar cinco compresiones por encima del ombligo, rodeando a la persona con los brazos por detrás.

Ante un golpe en la cabeza, es preferible, sobre todo en los niños, evitar que se duerman para evaluar que no haya pérdida de conocimiento. Además, se debe colocar hielo por no más de 10 minutos en la zona del golpe y no medicar con analgésicos, ya que podrían evitar que se manifiesten otros síntomas.

Si hay vómitos, adormecimiento, o cualquier comportamiento anormal siempre se debe acudir al médico.

En esta frase hay un error: el barro es frío. Lo que se debe aplicar cuando hay una picadura no es barro, sino frío. Por eso se recomienda hacer compresas de agua para aliviar la inflamación.

Si aparece una reacción como enrojecimiento, inflamación excesiva, aumento de la frecuencia respiratoria, entre otras, hay que acudir al médico.

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Esto también es un error. En vez de ayudar, lo que hace es que la sangre se trague y no se evacue, lo cual puede generar sensación de vómito. Lo que debe hacerse es llevar la cabeza hacia adelante y apretar las aletas nasales (es decir, la parte más blanda de la nariz) por diez minutos. No es necesario colocar un tapón. Si el sangrado persiste, acudir al médico.

Nunca se debe hacer esto. Lo mejor es poner algo debajo de su cabeza, mantener la boca lo más despejada posible para que pueda respirar y luego que pase la convulsión, si es posible, poner a la persona de costado, y llamar a emergencias.

Siempre que estés ante un accidente y dudes sobre cómo reaccionar, llama a emergencias. Es lo mejor que puedes hacer.

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Fuente:

Infobae