Nuestro cuerpo se activa ante los estímulos externos y, dependiendo de la forma en la que cada uno lo procesa, el organismo activa y desactiva ciertas regiones del cuerpo.
Puede sonar complejo, pero no lo es tanto. Si lo piensas un poco, seguro has sentido náuseas o debilidad cuando tienes miedo. Tu cuerpo reacciona ante el mundo exterior y esto ocasiona cambios internos. Lo mismo se puede decir de ciertos dolores frecuentes, que pueden aparecer como resultado de ciertas emociones reprimidas.
A continuación, te contamos acerca de cuatro dolores corporales muy comunes, y las emociones reprimidas con las que están relacionados.
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Dolor de espalda
Las emociones reprimidas asociadas con este malestar son la preocupación, la ira, el miedo y la tristeza. Todas ellas pueden aparecer como resultado de ser el único soporte de una familia y toda la presión que esto implica. También aparece frecuentemente en personas que tienen una carga muy alta de trabajo.
Para encontrar alivio, es necesario que estas personas deleguen algunas de sus responsabilidades, que encuentren un tiempo para reflexionar y ocuparse de lo que los apasiona sin la presión de proveer para sus familias.
Dolor de cabeza
Los sentimientos asociados con este malestar, que puede volverse insoportable, son el estrés, la ansiedad y los estados de tristeza.
Con frecuencia, los dolores de cabeza aparecen como resultado de una frustración muy grande o persistente, o de un conflicto de cualquier tipo que tiene un efecto emocional muy intenso en nosotros. La inseguridad, la autocrítica y la obsesión con la perfección también pueden causarlos.
Para combatirlo, es necesario dejar que los pensamientos fluyan con calma hasta hallar el equilibrio mental, emocional y físico.
Dolor de estómago
Las condiciones digestivas, como la gastritis, acidez o la indigestión, están frecuentemente relacionadas con el estrés, ansiedad, nerviosismo y depresión crónica.
Estas sensaciones pueden aparecer cuando las personas se sienten rodeadas de eventos que les causan estrés y que desean cambiar, pero por algún motivo, sienten que no pueden.
Es importante discernir qué tan potencialmente positivos o negativos pueden ser los cambios que nos rodean. A veces simplemente tenemos que dejarnos llevar por las circunstancias y adaptarnos al cambio.
Dolor de cuello
El dolor de cuello suele estar asociado con la apatía, el miedo o el disgusto. También es común que resulte de malos movimientos o de posiciones incorrectas al dormir.
A veces es el resultado de presiones o situaciones que nos hacen sentir intranquilos, relacionadas con lo material, el dinero, el trabajo o problemas interpersonales con parejas o familiares.
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Como puedes ver, las emociones son parte de un sistema orgánico muy complejo y responden a situaciones muy variadas que no siempre podemos anticipar o relacionar directamente.
Aprender a reconocer nuestras emociones y lo que podemos hacer para gestionarlas es crucial para nuestro bienestar físico y anímico.
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