La depresión es más que un simple estado de ánimo. De hecho, es una enfermedad que trae problemas en la vida diaria y que puede afectar notablemente la calidad de vida de las personas. Pero, ¿qué pasa cuando la depresión es leve pero constante? Entonces hablamos de distimia o trastorno depresivo persistente, un problema muy común que no siempre se diagnostica .

Por ser leve y crónica, muchas veces se confunde a la distimia con un rasgo de la personalidad. La gente que la padece cree que es pesimista, desganada, irritable. Piensa que simplemente es su personalidad y que no se puede cambiar.

Sin embargo, es un problema de salud que puede ser tratado como otros tipos de depresión. Cuando los pacientes son diagnosticados y empiezan el tratamiento, descubren un mundo de nuevas posibilidades en la vida.

Lo más llamativo es que este trastorno afecta a casi el 30% de la población en algún momento de su vida, posiblemente a causa de los niveles de estrés a los que vivimos sometidos.

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Síntomas de la distimia

Los síntomas del trastorno distímico son leves y persistentes, aunque en ocasiones puede haber episodios de mayor gravedad. En estos casos pueden presentarse episodios de depresión mayor antes o durante el trastorno depresivo persistente, lo que a veces se llama depresión doble.

También es común que los síntomas aparezcan y desaparezcan a lo largo de los años. Sin embargo, por lo general una persona con distimia no pasa más de dos meses sin síntomas.

Estas son las señales que debes tener en cuenta:

Causas y factores de riesgo

La verdad es que al día de hoy se desconoce la causa precisa que genera el trastorno depresivo persistente. Sin embargo, se sabe que hay cuestiones que pueden influir en su aparición.

Los neurotransmisores cerebrales cumplen un importante papel en el estado de ánimo, y también se relacionan con sus trastornos.

Aunque todavía la información científica al respecto es escasa, estudios recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores y en la manera en que interactúan con los neurocircuitos encargados de mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden jugar un papel fundamental en la depresión y su tratamiento.

El trastorno depresivo persistente parece ser más frecuente en personas cuyos familiares de sangre también tienen el trastorno. Los investigadores están intentando encontrar genes que puedan causar la depresión.

Al igual que en la depresión mayor, los acontecimientos traumáticos, tales como la pérdida de un ser querido o los problemas económicos pueden provocar trastorno depresivo persistente en algunas personas.

Otras causa posible es estar sometido a grandes niveles de estrés, lo que podría ayudar a explicar por qué en la actualidad tiene tanta incidencia.

¿Cómo se trata?

Si crees que podrías estar sufriendo una distimia, lo ideal es que consultes con un profesional de la salud mental. Una terapia puede ayudarte a diagnosticar correctamente la situación, y te dará estrategias para revertirla.

También puedes recurrir a personas de confianza para contarles tus dudas si no te animas a empezar un tratamiento. Hablar del tema y de cómo te sientes puede ser un buen primer paso para sentirse más aliviado.

Es muy importante que también procures reducir los niveles de estrés en tu vida. Meditar, hacer yoga o practicar mindfulness puede ser de gran ayuda.

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¿Conocías la distimia? ¿Qué te ha parecido el artículo?

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Fuentes:

Mayo Clinic
Manuel Escudero