A pesar de ser una enfermedad poco común hoy en día, el botulismo puede llegar a provocar estragos en las personas afectadas. Lo peor del caso, es que se trata de una afección muy difícil de identificar a simple vista, lo que la vuelve aún más peligrosa. Pero ¿Cómo saber si un alimento está contaminado?
El botulismo se produce en aquellos alimentos de conserva que no fueron envasados de la manera adecuada. Por lo tanto, al consumirlos, la persona ingiere toxinas letales producidas por una bacteria conocida como Clostridium botulinum.
Botulismo: qué lo provoca
El botulismo es una enfermedad de alto riesgo que es provocada por una bacteria llamada Clostridium botulinum. Dicha bacteria es de tipo anaeróbica, es decir, que para desarrollarse, necesitan un lugar carente de oxígeno.
Esta enfermedad se vuelve letal cuando, la bacteria se desarrolla y comienza a producir toxinas en los alimentos de conserva para consumo humano. Se trata de una serie de esporas con mucha presencia en el medio ambiente, especialmente en el suelo de ríos y océanos.
El proceso de desarrollo de la bacteria, así como también, la producción de sus toxinas, ocurre en aquellos productos alimenticios cuyo contenido de oxígeno, es realmente bajo. Aparte, ciertos parámetros de conservación, así como también, la temperatura del lugar donde se almacenan los alimentos, se convierten en una combinación idónea para la bacteria.
Los alimentos de conserva, especialmente aquellos envasados en casa, sin los conocimientos básicos, son los más peligrosos. Puede que la mayoría de las personas no lo tenga en cuenta, pero los el proceso de envasado de alimentos debe llevarse a cabo bajo ciertas medidas de seguridad.
Ahora bien, la bacteria causante del botulismo, no puede crecer en sitios donde existan condiciones de acidez. En otras palabras, las toxinas generadas por la Clostridium botulinum no se producirán en los alimentos con mayor índice de acidez. No obstante, aún con un pH significativamente bajo, no se eliminarán las esporas en caso de que la bacteria ya se haya adherido al alimento antes de ser envasado.
Asimismo, para prevenir el desarrollo de la bacteria y su posterior toxina, se requiere de un proceso de almacenamiento a baja temperatura. Además, de un pH menor a 4,6 y una porción de sal dentro del envase de la conserva.
Botulismos: los alimentos más propensos
La bacteria que provoca el botulismo ha sido encontrada en una gran variedad de alimentos. Como por ejemplo: en conservas vegetales como espinacas, remolachas judías verdes y setas. También en el pescado, como es el caso de los pescados salados, ahumados, fermentados e incluso, en el atún enlatado. Del mismo modo, ciertos alimentos de origen cárnico como el jamón y las salchichas.
Las esporas que provocan la enfermedad del botulismo tienen la particularidad de ser termoresistentes. No obstante, las toxinas generadas por este tipo de bacteria anaeróbica, pueden ser eliminadas a través del hervor. 85 °C de temperatura interna por unos cinco minutos, serán suficientes para acabarla por completo.
¿Cómo identificar los alimentos contaminados?
A pesar de ser una enfermedad muy peligrosa, la toxina que provoca el botulismo, no se puede apreciar a simple vista. De hecho, tampoco existe algún olor o sabor que permita identificar a la bacteria responsable de esta afección mortal.
Solo una pequeña probada de algún alimento infectado con botulismo, será suficiente para que las toxinas se alojen dentro del organismo. Lo que es muy peligroso para la salud, ya que esta enfermedad puede provocar síntomas desagradables e incluso la muerte de la persona afectada.
En algunos casos, puede notarse que dentro del envase donde se encuentran los alimentos, hay una especie de hongo con aspecto desagradable. Sin embargo, puede que ya lo hayas consumido sin siquiera darte cuenta, por lo que la mejor forma de evitar esta enfermedad, es a través de la prevención.
Los alimentos de conserva que se distribuyen comercialmente, también pueden contener toxinas, por lo tanto, transmitir botulismo. Esto ocurre, especialmente, en los alimentos enlatados que, aunque suelen estar dentro de envases herméticos, no son del todo seguros.
Por este motivo, es muy importante prestar atención al aspecto de la lata, ya que este puede ayudar a saber si el alimento está contaminado. Algunas de las señales que debes tener presente son las siguientes:
1. Lata abollada
Si una lata está abollada, lo mejor es descartarla, puesto que la integridad de su sello hermético, puede estar comprometido. Lo que significa, que existe una probabilidad de que su contenido haya sido expuesto a la bacteria causante del botulismo.
2. Lata oxidada
El óxido puede corroer el envase, incrementando peligrosamente el riesgo de que se produzcan pequeños agujeros. A través de estos, tanto el aire como la bacteria del botulismo pueden ingresar al contenido de la lata y contaminar el alimento.
3. Lata hinchada
Aunque en ciertos casos, una lata hinchada puede haber sido sometida a proceso de congelación accidental, otras veces se debe a bacterias en su interior. Los alimentos contaminados con clostridium botulinum pueden provocar un gran deterioro en los alimentos, incluso los enlatados. Por este motivo, siempre es aconsejable evitar las latas con cuyo aspecto esté hinchado.
4. La tapa se hunde al presionarla
Si al presionar la parte superior de la lata esta se hunde y produce el clásico sonido “clic-clac” debes estar atento, ya que el producto no fue envasado apropiadamente. Ten presente que todos los enlatados que se comercializa actualmente, tienen que pasar por medidas estrictas de seguridad. Lo que significa, que tanto el almacenamiento como la conservación del alimento dentro de la lata, tiene que hacerse de la forma correcta.
Aunque el envase esté en buenas condiciones, esto no quiere decir que, ya no exista ningún tipo de peligro. Aún hay otros signos en el interior que, deben tomarse en cuenta antes de consumir el alimento que se encuentra en dentro.
5. Pequeña explosión al abrir la lata
Cuando abres una lata, es posible que se produzca un leve sonido de despresurización, esto suele ser completamente normal. No obstante, cuando ocurre una explosión al remover la tapa de la comida enlatada, entonces hay un grave inconveniente.
La explosión se produce por la acumulación de gases en el interior del enlatado, cuando algo como esto ocurre, es un signo de la presencia de bacterias del tipo anaeróbicas. Lo que también podría explicar que la parte superior de la lata se vea abultada.
6. Sonido fuerte, similar a un silbido
Si escuchas un sonido leve no tienes que preocuparte, sin embargo, cuando dicho sonido es muy fuerte, entonces algo no está bien. Por lo general, se debe a que el contenido del enlatado está contaminado y no puede ser consumido.
7. Burbujas dentro de la lata
Otro signo bastante claro de la contaminación por bacterias dentro de la comida enlatada, es la presencia de burbujas. Cuando ves burbujas en la comida, es una clara señal de que el alimento se está fermentando. En ciertos casos, el proceso de fermentación puede ser normal si se lleva a cabo de manera intencional y controlada. Pero de no ser ese el caso, significa, que la comida tiene bacterias y no está apta para el consumo de ninguna persona.
8. Espuma en el contenido del envase
Del mismo modo que ocurre con la presencia de burbujas, cuando el interior de una lata se tiene espuma, significa que está contaminada. Hay que recordar que, las bacterias del botulismo, son capaces de sobrevivir en lugares con escaso oxígeno y la comida enlatada es el sitio ideal para este tipo de bacterias.
¿Qué es el botulismo infantil?
El botulismo infantil, también conocido como botulismo en lactantes, es una de las formas más comunes de esta enfermedad bacteriana. Por lo general, afecta a los niños con edades comprendidas entre los seis y ocho meses.
En este caso, se transmite cuando los bebes ingieren las esporas de clostridium botulinum, que se convierten en bacterias. Posteriormente, se alojan en el intestino del pequeño y comienzan a liberar sus peligrosas toxinas.
Este tipo de botulismo no ocurre en adultos y niños con edades superiores a los 8 meses, ya que sus defensas naturales evita la formación de bacterias que provocan el botulismo infantil. En niños menores, dichas defensas aún no se han desarrollado, por lo que los bebes se vuelven vulnerables al ataque de esta y otros tipos de bacterias.
Algunos de los síntomas más comunes en casos de botulismo infantil, se encuentra la pérdida del apetito, llanto muy débil, cansancio. Además, inconvenientes para controlar los movimientos de la cabeza, estreñimiento, parpados caídos e incluso, parálisis.
La miel suele ser uno de los productos que pueden causar botulismo infantil, debido a que es vulnerable a la contaminación por esporas de clostridium botulinum. Por lo que se aconseja, evitar que los niños que aún no tengan su primer año, consuman este tipo de productos.
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Fuentes: MayoClinic, Mejor con Salud, Who.