Cuando un país logra por medio de programas públicos algo que es un deseo de todo el mundo, es bueno que se difunda y que esa experiencia pueda servir como modelo e inspiración a otros países.
Hace poco tiempo, por ejemplo, se difundió cómo Holanda logró convertirse en el primer país del mundo sin peros abandonados sin sacrificarlos y se compartió el plan con el que lo consiguió, para que pudiera ser imitado.
En este caso, la noticia es aun más llamativa porque Finlandia dice haber logrado algo que tiene que ver con temas tan delicados para los gobiernos como la niñez, la violencia y la educación: erradicar el bullying, es decir, el acoso verbal, físico y emocional que algunos niños reciben por parte de otros, sobre todo en las escuelas.
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El método KiVa
A partir de algunos casos críticos, como el suicidio de un estudiante de 18 años en 2007, las autoridades finlandesas comenzaron a interesarse seriamente en encontrar una solución al acoso escolar.
En esa búsqueda, se encontraron con KiVa, un método que estaba siendo desarrollado por la Universidad de Turku en base a investigaciones previas, y establecieron un acuerdo entre el Ministerio de Educación y la Universidad para terminar de desarrollarlo e implementarlo.
Luego de una etapa de evaluación, el 98% de los niños víctimas de bullying que habían formado parte del proceso de implementación del método dijeron que la situación había mejorado. Hoy, se aplica en el 90% de las escuelas de Finlandia y se está exportando al mundo entero.
¿Cómo funciona?
Detrás de KiVa hay una teoría muy sencilla: el acosador agrede a un niño porque busca el reconocimiento de terceros, es decir, de los testigos que se ríen de la situación. Estos testigos, sin embargo, aunque participan pasivamente de la situación, tienen una opinión subyacente diferente, y no creen que la violencia esté bien.
Por eso, el método hace frente al Bullying poniendo el foco en ellos: en los espectadores silenciosos de las situaciones de acoso para que ellos reflexionen sobre la situación, decidan que no está bien reírse de un hecho violento, y dejen de hacerlo. Y así, cuando nadie se ríe, el acosador deja de atacar, porque ya no supone ningún beneficio para él.
El método KiVa ya fue llevado a otros países del mundo, y en 2015 el gobierno finlandés y la Universidad de Turku llegaron a un acuerdo para llevarlo a los países de habla hispana.
Más allá del método en sí, es importante hablar con los niños sobre la violencia para que ellos mismos lleguen a la conclusión de que no deben reírse de los que son agredidos, sino solidarizarse con ellos. Ésta es posiblemente la forma más efectiva de prevención.