Seguramente has escuchado alguna vez de una enfermedad llamada artritis, ¿cierto? Tal vez tengas un amigo o familiar que la padece. Pero, ¿has escuchado alguna vez de la artrosis? Es una enfermedad también frecuente, pero mucho menos conocida. En esta nota te explicamos la diferencia, semejanzas, síntomas y tratamientos de cada una. El problema es que sus nombres suenan parecido pero en realidad no tienen mucho que ver.
¿Qué es artritis reumatoide?
Es una enfermedad crónica (sus síntomas progresan lentamente y son de larga duración) que afecta las articulaciones de nuestro cuerpo. La artritis es la inflamación de la capa interna de la cápsula articular, que recubre nuestras articulaciones y se encarga evitar que los huesos se desplacen en exceso, para prevenir lesiones.
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Las causas de la artritis reumatoide son todavía desconocidas, pero se sabe que por lo general es simétrica. Es decir, si aparece en tu muñeca izquierda, muy probablemente aparecerá en tu muñeca derecha también. También se sabe que afecta principalmente a mujeres y personas entre los 40 y los 60 años.
Los síntomas más comunes son la molestia en algunas articulaciones (dedos, hombros, muñecas, etc.), debilidad muscular, cansancio generalizado, rigidez en el cuello, hormigueo en las extremidades, y en algunos casos incluso sequedad en la boca y rigidez en las articulaciones por la mañana.
El tratamiento generalmente consiste de una combinación de fisioterapia y medicamentos, pero al día de hoy no existe manera definitiva de curarla. Sin embargo, los ejercicios y medicamentos pueden reducir los síntomas considerablemente y mejorar la calidad de vida de quien lo sufre.
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¿Qué es la artrosis?
En algunas ocasiones, por sus características, las etapas de tempranas de esta enfermedad pueden ser confundidas por síntomas de artritis, pero la artrosis es una enfermedad también crónica que produce la degeneración gradual del cartílago de alguna articulación. Los cartílagos se hallan entre los huesos, para protegerlos del roce durante el movimiento, y los peores casos de artrosis pueden desgastarse hasta desaparecer por completo.
Existen dos formas, las artrosis primaria (que no tiene causa conocida) y la artrosis secundaria, de la que sí se puede determinar un desencadenante, como un traumatismo, enfermedades congénitas o la propia artritis en sus distintas variedades (como la gota).
También afecta más a mujeres, sobre todo mayores de 50 años, y algunos factores de riesgo incluyen la obesidad o la menopausia. Los síntomas comunes son la inflamación, dolor, los crujidos durante el movimiento, y en los peores casos, la deformación del área afectada.
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Como puedes ver, tanto la artritis como la artrosis son enfermedades crónicas muy comunes que afectan nuestras articulaciones, sobre todo en mujeres de mediana o avanzada edad. Incluso algunos de sus síntomas pueden confundirse, pero afectan estructuras distintas y la confusión podría tener graves consecuencias.
Como con cualquier otra condición médica, lo primero que debes haces cuando creas que algo anda mal es asistir a un especialista para que te haga las pruebas necesarias y descarte las posibles dolencias que puedas sufrir. Auto diagnosticarte es lo peor que puedes hacer, porque como verás, es muy fácil confundirse.
Mantente informado y siempre alerta ante cualquier pista temprana.