Seguramente has oído muchas veces que tener el colesterol alto es muy malo para la salud, pero tal vez no sepas con exactitud por qué.
El comúnmente llamado “Colesterol alto” -aunque su nombre científico es dislipemia-, es la alteración de los niveles de grasas en sangre. Estos lípidos pueden ser colesterol o triglicéridos.
El exceso de colesterol en sangre hace que se termine acumulando en las arterias. Estas, entonces, disminuyen su calibre y se endurecen, haciendo que la llegada del oxígenos a los órganos fundamentales se vea reducida.
En resumidas cuentas, el colesterol es peligroso porque, si nuestros órganos no reciben el oxígeno suficiente, pueden dejar de funcionar.
La buena noticia es que hay algunos pequeños cambios que se pueden incorporar a nuestra vida para prevenir el colesterol alto. Estos son los 7 principales.
1. Si no puedes evitarlo, procésalo
Aunque su exceso es malo, el colesterol en la medida justa es necesario para el organismo. El colesterol se transporta a través de ciertas células, pero cuando hay más colesterol que células transportadoras, es que este se empieza a acumular.
El ejercicio aumenta la aumenta el número y tamaño de las partículas que 'transportan' el colesterol a través del flujo sanguíneo. Por eso, todo ejercicio ayuda a reducir el colesterol. Hacer 30 minutos de ejercicio al día es la forma más sencilla y efectiva.
2. Grasas sí, pero saturadas no
Los alimentos ricos en grasas saturadas aumentan la producción de colesterol ene el cuerpo, así que reducirlos es la clave. Trata de reducir el consumo de alimentos de origen animal como embutidos, carnes rojas, tocino, crema, salchichas (o mejor, ¡eliminarlos!).
3. Aprende a distinguir las grasas trans (y evitarlas)
Las grasas trans se encuentran en los alimentos elaborados industrialmente, y se utilizan para mejorar la textura, el sabor, y abaratar los costos de producción.
Se encuentran sobre todo en aperitivos y snacks salados como papas fritas, pizzas y hamburguesas entre otros. Hasta las barritas de cereal muchas veces tienen este tipo de grasas.
Siempre recuerda mirar la etiqueta antes de consumir algo comprado, por más sano y "verde" que parezca.
4. Agrega a tu plato todos los colores
Consumir diariamente 2 frutas y 3 porciones de verduras de todo tipo y color puede parecerte mucho, pero es la porción mínima necesaria. Las frutas y las verduras son alimentos sin colesterol, que además incorporan nutrientes esenciales.
Acostumbrarse a comer estas porciones diarias ayuda a reducir el colesterol, porque reemplazan alimentos ricos en grasas. Además, las verduras verdes ayudan a eliminar mayor cantidad de grasas consumidas.
5. No te olvides de las semillas
Legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas. Este tipo de alimentos permite reducir y regular el colesterol. Las legumbres, por su parte, son muy ricas en fibra, lo que disminuye la absorción del colesterol.
6. Modera el tamaño de las porciones
No es necesario dejar de consumir alimentos grasos (eso es además, muy difícil). Se trata de comer las porciones adecuadas de cada cosa.
Una pequeña porción de alimento graso, con una gran porción de vegetales, hará que nuestra dieta sea mucho más sana y nuestro colesterol más bajo, sin necesidad de eliminar eso que tanto nos gusta.
7. Limitar el consumo de alcohol
Una copa de vino al día es una cantidad de alcohol aceptable. En cambio, tomar más que eso y regularmente puede traer severos problemas.
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El alcohol sube el colesterol, por lo cual deberías evitarlo lo máximo posible. Si vas a tomar, prefiere el vino tinto, que contiene polifenoles que actúan como antioxidantes naturales.
Cuídate especialmente de la cerveza que, aunque no tiene mucho alcohol, posee otro tipo de sustancias que ayudan a acumular los ácidos grasos en sangre.