El ayuno intermitente ha sido practicado desde los albores de la humanidad como un método de cura o prevención de enfermedades.
En la naturaleza el ayuno es más común -aún a nivel fisiológico- que la ingesta ininterrumpida de alimentos, y aún los animales autogestionan períodos de ayuno cuando no se encuentran bien.
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¿Qué sucede durante el ayuno?
Para suplir a las células de energía y nutrientes durante un ayuno, el organismo moviliza reservas de grasa y recicla estructuras de proteínas, preferentemente aquellas dañadas o viejas que promueven el envejecimiento celular.
Liberar al cuerpo de las funciones digestivas y asimilativas por algunas horas le permite enfocar la energía en reparar tejidos dañados, quemar las reservas de grasa, eliminar toxinas y reducir procesos inflamatorios.
El ayuno consciente e intermitente otorga cuantiosos beneficios al organismo. Entre ellos pueden citarse:
- La disminución de los depósitos de exceso de grasa y por ende la pérdida de peso.
- Una mejora en la función metabólica general.
- Un aumento de la actividad cerebral.
- Un retraso en el envejecimiento por el uso de radicales libres que se lleva a cabo sólo durante los periodos de ayuno.
- Un incremento en la sensibilidad celular a la insulina, aumentando la eficiencia de las células en la asimilación de carbohidratos y azúcares.
- Una mejora en la función del sistema inmune.
Numerosos estudios con animales de laboratorio aseguran que aquellos animales sometidos a la práctica de un ayuno intermitente han vivido más tiempo y se han mantenido más saludables que aquellos ejemplares a los que se les dejaba alimento a voluntad.
Métodos fáciles de ayuno intermitente.
Un ayuno intermitente es aquel en el que el período en el que no se consumen alimentos se repite con cierta periodicidad pero sin sobrepasar las 24 horas.
La primera barrera que hay que atravesar a la hora de afrontar un ayuno es la psíquica: mucha gente se asusta ante la idea de no ingerir alimentos por un determinado periodo de tiempo, aunque la mayoría ayuna a veces hasta 8 a 10 horas seguidas sin notarlo, entre la cena y el desayuno.
Ayunar no es realmente difícil y, como todo, es sólo una cuestión de costumbre. Te compartimos aquí 6 métodos que te resultarán fáciles de seguir. Obviamente, funcionarán mejor cuanto más sanos sean los alimentos que consumas en los momentos permitidos.
Ante cualquier duda, infórmate con un nutricionista calificado para elegir el método que mejor se adapte a tu organismo.
El método 16/8:
Este método implica ayunar por 16 horas al día y dejar una ventana de 8 horas para la ingesta de alimentos, en la que fácilmente pueden incluirse 2 a 3 comidas.
Este es uno de los métodos más populares ya que para llevarlo a cabo sólo ha de cenarse temprano y postergar el desayuno.
Durante los periodos de ayuno pueden beberse agua, café negro y otras bebidas no calóricas, pero nada de alimentos sólidos.
Según algunos adeptos de este método, las mujeres responden mejor a ayunos un poco más cortos, de 14 a 15 horas como máximo.
El método Eat - Stop - Eat (come - detente - come):
Este método involucra un ayuno de 24 horas una o dos veces por semana, sin ingesta de alimentos sólidos ni bebidas calóricas. Están permitidos el agua, el café, el té y las infusiones sin azúcar ni edulcorantes.
Con un ayuno tan largo, puede ser el método más difícil de seguir para la mayoría de las personas. Sin embargo, para evitar la sensación de no comer durante un día completo, puede ayunarse desde una comida hasta la próxima, ya sea desayuno, almuerzo, merienda o cena. De ese modo, el ayuno se reparte en dos días, con 8 horas de sueño en el medio, y se hace más llevadero.
Con una vez a la semana es suficiente, aunque con dos veces a la semana los resultados son exponenciales.
El método 5/2:
Si bien este método no incluye un ayuno per se, involucra prácticamente los mismos beneficios, y consiste en comer normalmente cinco días a la semana y reducir la ingesta de calorías los otros dos.
La ingesta recomendada es de 500 calorías para las mujeres y 600 para los hombres.
Con este método no se pasa hambre, pero hay que ajustar la dieta a alimentos muy poco calóricos durante dos días que no necesariamente han de ser seguidos.
El método de días alternos:
Este método es similar al 5/2, aunque presenta mayores beneficios, y consiste en comer normalmente un día y restringir las calorías a 500-600 al día siguiente.
Si bien nunca se deja de comer, para muchas personas la restricción de calorías puede ser más difícil que el ayuno en sí.
El método del guerrero:
Uno de los más fáciles de seguir para aquellos que están acostumbrados a comer frutas y verduras crudas: consiste en ingerir las mismas en pequeñas porciones durante el día, y realizar una cena “normal” durante la noche.
Para que este método funcione, los alimentos a consumir -tanto durante el día como durante la noche- han de ser frescos, integrales y sin procesar, es decir: alimentos que se acercan lo más posible a la forma en la que se presentan en la naturaleza, evitando azúcares, salsas o alimentos procesados o cocinados excesivamente.
El método de saltarse comidas:
Un buen método para acostumbrarse a la idea de un ayuno es el de saltarse algunas comidas, sin necesariamente seguir un plan establecido. Si bien no presenta los mismos efectos que un período de ayuno prolongado, sigue ofreciendo suficientes beneficios como para que valga la pena intentarlo.
Muchas personas encuentran en este método el paso intermedio ideal para hacerse al hábito de ayunar intermitentemente, ya que no conlleva mayores esfuerzos ni conteo de calorías.
Ahora que ya sabes cómo hacerlo… ¿estás listo para beneficiarte de los efectos del ayuno?
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