Vivir en unaciudad en el siglo XXI es conocer, desde pequeños, las enfermedades que lacontaminación puede causarnos. Contingencia ambiental, contaminación auditiva yvisual han sido parte del día a día en las metrópolis que nos llenan dequímicos, espectaculares y sonido las 24 horas del día. Por eso sabemos que elasma, la neumonía y muchas formas de cáncer, pueden verse en nuestro futuro.
Sin embargo hayalgunas enfermedades que la contaminación puede provocar y de las que muchos notenemos idea. A veces se culpa a la genética y otras veces ni siquiera sabemosque estamos enfermos hasta que es muy tarde. El llamado es a limpiar las ciudades,los pueblos, las aguas, no a buscar nuevos lugares para seguir con el estilo devida que está destruyendo al planeta y a nuestros cuerpos.
Alzheimer
Aunque el 70 % de las personas que padecen esta enfermedad es debido a la genética, el otro 30 % está relacionado a factores externos, muchos de ellos provocados por la contaminación ambiental. La exposición a metales tóxicos como el aluminio y el cobre, a pesticidas y productos químicos industriales pueden provocar la enfermedad.
Demencia
Níquel, vanadio, plomo y gases como CO, NO x y SO 2 están presentes en el aire contaminado, que además de provocar reacciones nocivas en el sistema respiratorio, también es culpable del estrés oxidativo, la neuroinflamación crónica y el daño cerebrovascular que pueden provocar demencia y arruinar la vida de más de una persona.
Sordera temporal o permanente
Desde que somos pequeños nos dicen que usar los audífonos a un volumen alto puede tener repercusiones a largo plazo, pero justo por ser a largo plazo, hacemos caso omiso. Pero la contaminación auditiva no llega sólo por los audífonos; los conciertos, la música en los carros, fiestas y hasta las alarmas en la escuela afectan poco a poco nuestros oídos provocando sordera a una edad avanzada.
Ansiedad
Otro problema de la contaminación ambiental. Cuando el sonido es algo de todos los días, todo el día, nuestro cuerpo no descansa, ni siquiera cuando dormimos. Lo peor del caso es que parece ser adictivo, pues la gente que se enfrenta al ruido todos los días y un día decide ir al campo o pasar el tiempo donde no hay nada de contaminación auditiva, también sufre ansiedad y estrés.
Daño en riñones e hígado
La contaminación del suelo tiene muchos componentes químicos que pueden provocar daños más allá de lo pulmonar. A veces el suelo puede estar contaminado con plomo, mercurio, insecticidas y eso puede provocar daño irreversible en los riñones. Los insecticidas pueden ser dañinos para el hígado y la gente que vive cerca de los basureros o zonas industriales se enfrenta a esa contaminación todo el tiempo.
Parece que todo resulta tóxico, pero es una mala administración de los recursos, mezclada con corrupción, lo que hace vulnerable a la población y la enfrenta a enfermedades mortales que poco a poco desarrollamos sólo por vivir en un lugar específico. Sin embargo, el cambio no lo harán las empresas y los políticos hasta que no sea la gente la que demuestre su verdadera inconformidad.