Para los agricultores de todas partes del mundo, proveerse de la cantidad de agua suficiente para regar sus cultivos es una de las cuestiones principales que deben tener en cuenta en su día a día. Sin embargo, a muchos de ellos esto no les resulta nada fácil, aun aunque se encuentren en las cercanías de un gran río.
Éste fue el caso con el que creció Pratap Thapa; quien es hoy Máster en Ciencias de la Delft University of Technology de Holanda, y uno de los creadores del invento que podría representar una solución para muchas familias que se dedican a las actividades rurales en todo el mundo.
La familia de Pratap contaba con un huerto pequeño cerca de un río, pero al encontrarse en un nivel más bajo que sus tierras, debían trasladar el agua en cubetas o alquilar una costosa bomba.
En Nepal, su pueblo natal, el 76% de las personas dependen de la agricultura para su sustento, y el agua resulta un tema central. Pero, al crecer, Pratap pudo comprobar también que éste era el problema de muchas personas más en todo el mundo.
Por eso, junto a la empresa holandesa aQysta, de la cual es cofundador, ideó un dispositivo capaz de bombear agua de manera eficiente y económica, sin depender del uso de ningún combustible.
La “Bomba Barsha” es una rueda hidráulica muy fácil de instalar que se coloca sobre una plataforma flotante en un río para utilizar la energía producida por el movimiento del agua para bombearla a través de mangueras. Además, está diseñada para hacerlo hasta una altura de 25 metros.
“Estimamos que puede regar entre 0,5 a 3 hectáreas, ya que es capaz de bombear hasta 45.000 litros/día, dependiendo de la potencia del río o canal y altura de bombeo”, señala Jaime Michavila, ingeniero mecánico de la empresa holandesa.
La característica más relevante a nivel ambiental de este dispositivo es que no requiere el uso de ningún tipo de combustible ni de energía eléctrica; y eso a su vez implica un gran ahorro.
“En un plazo de 10 años nuestra bomba supone un ahorro de hasta el 70% del costo total de riego (bomba más combustible) y por tanto se puede recuperar la inversión en un periodo de sólo 2 años. Incluso con respecto a las bombas eléctricas el retorno de la inversión suele ser en menos de 5 años. Y comparado con los emergentes bombas solares, Barsha supone un costo total entre un 35 y 50 % menor, pues las solares solo pueden operar entre 8 y 12 horas al día, mientras que Barsha opera las 24 horas del día, además de tener una instalación y mantenimiento mucho más sencillo”, señala Michavila.
Este dispositivo ha recibido el primer premio de Climate-KIC, iniciativa de innovación climática de la Unión Europea en 2014. Actualmente, existen 35 bombas operando en Nepal, Indonesia, Turquía, Zambia y España, pero desde la empresa afirman que se encuentra disponible para América Latina.
De esta manera, el conocimiento y la investigación se conjugan una vez más para crear dispositivos capaces de mejorarle la vida a millones de personas y cuidar el ambiente al mismo tiempo. Y en este caso, además, es a través de uno de los elementos más importantes para la vida como lo es el agua; uno de los recursos más valiosos que tenemos y que debemos cuidar y defender.