Un suceso ha sorprendido en las playas de España. Cientos de tortugas han nacido sin que fuera esperado y llegado al mar. Los científicos aún investigan las causas y lo que significa para la especie: ¿Es una buena noticia, o un comportamiento inusual como consecuencia a algo que las afecta?
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El pasado domingo 30 de septiembre, los bañistas de la playa Cap de Sant Pere de Vilafortuny, en Cambrils (Tarragona, España) se sorprendieron al ver a un grupo de pequeñas tortugas marinas esforzándose por llegar al mar. Acercándose, descubrieron que las tortugas nacidas recientemente salían de una agujero excavado en la arena, un hecho que llama la atención porque esta playa es muy frecuentada por humanos.
A la especie de tortuga que sorprendió a todos se le llama tortuga boba, su nombre científico es caretta caretta, y se encuentra en estado vulnerable según la UICN.
Luego de una inspección llevada a cabo por expertos, se conoció que en total se encontraban en esta zona 112 huevos, y se considera que pueden haber sobrevivido 85 ejemplares (12 de los cuales fueron observados directamente).
(Fuente: La Vanguardia)
El hecho de Vilafortuny es el tercer caso similar detectado este verano en Catalunya, según la Red de Observaciones y Rescate de Animales Marinos de la Generalitat.
En un caso parecido, el pasado mes de agosto técnicos del Servicio de Fauna y Flora del Departamento de Territorio y Sostenibilidad (DTOS) y el especialista Elena Abella abrieron un nido de tortuga boba situado en la playa de Sant Simó de Mataró (Maresme, Barcelona). En este nido habían nacido 58 ejemplares de esta especie protegida. La apertura del nido permitió recuperar 15 ejemplares más.
(Fuente: La Vanguardia)
Sobre la tortuga boba
Esta especia habita en el océano Atlántico, Pacífico e Índico, así como el Mediterráneo. Pasa la mayor parte de su vida en hábitats marinos, y la hembra solo sube brevemente a la playa para desovar. Tiene una baja tasa de reproducción; las hembras tienen un promedio de cuatro puestas de huevos y luego pasan por un periodo de quiescencia en el cual no ponen huevos durante dos o tres años. El hecho de que estén desovando en playas con concurrencia humana no es algo negativo en sí, pero puede ponerlas en peligro en caso de que los turistas no sean respetuosos con ellas.
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