Popote, pajita, bombilla, cañita y absorbente son algunos de los nombres que se le dan a las pajitas alrededor del mundo. Aunque se les llame de maneras diferentes, son el mismo producto, que acaba en la basura luego de ser utilizados, y así contamina el planeta.

Estas pajitas de plástico que usamos para beber refrescos o batidos y que se ven tan bonitas en los vasos de los cócteles, pueden tardar hasta 500 años en descomponerse y ocasionan graves daños en los ecosistemas marinos y en las aves, pues muchas veces los animales las confunden con comida y terminan ingiriéndolas.

La buena noticia es que no debemos despedirnos de las pajitas para siempre, pues hay alternativas reutilizables y biodegradables que son más amigables para el ambiente. Compañías como Laspajitas hacen que sea posible seguir usándolas sin ocasionar todo ese daño.

Datos para entender el impacto de las pajitas

En el mundo, se utilizan mil millones de pajitas cada día. En Europa, por ejemplo, se usan unos 36 500 millones cada año. En ese continente, España es el país que más las emplea: utiliza 13 millones de pajitas cada día. Si bien la cifra es elevada, queda a la sombra de Estados Unidos, donde se usan 500 millones a diario.

Todos estas pajitas plásticas forman parte de las más de 10 millones de toneladas de plástico que se vierten en los océanos cada año. Tal vez se piense que al ser un desecho pequeño no es tan dañino, pero la realidad es que forma parte de un problema más grande, que es el de los plásticos de un solo uso, aquellos que usas solo unos minutos y contaminan el ambiente por cientos de años.

Este comportamiento destructivo de los seres humanos no solo nos afecta a nosotros. Más de un millón de aves y más de cien mil mamíferos marinos fallecen todos los años por los plásticos que llegan a nuestros océanos. Además, se estima que entre el 40% y el 60% de las tortugas ingieren plásticos y que en algunas especies de aves este porcentaje se eleva incluso hasta el 93%.

Asimismo, cabe destacar que actualmente existen varias “falsas soluciones” a las pajitas sin plástico. Por ejemplo, las pajitas de papel contribuyen a la deforestación. Además, se rompen fácilmente y dejan residuos en las bebidas.

Otra falsa solución son las pajitas de PLA, que están compuestas hasta por un 30% de plástico y pueden tardar más de 24 meses en descomponerse. Una vez descompuestas, dejan residuos en el ambiente.

Alternativas menos dañinas

No debemos privarnos de nada para cambiar esta realidad. Basta con tomar decisiones más conscientes y elegir alternativas que sean eco-friendly. Las Pajitas ofrece diferentes soluciones: pajitas desechables, comestibles o reutilizables.

Pajitas desechables

Pajita de trigo natural: una espiga de trigo 100% natural y biodegradables.

Pajitas de fibra de caña de azúcar: también conocidas como pajitas de bagazo, están hechas a partir de la caña de azúcar, son compostables y naturales.

Pajitas comestibles

Pajitas de pasta: están fabricadas con agua y trigo natural, tal y como la pasta que cocinamos en casa.

Pajitas de fibra de manzana natural: es una opción comestible hecha a base de la fibra de manzana. Son biodegradables, sin azúcares añadidos y da un toque chic a las bebidas.

Pajitas reutilizables y personalizables

Pajitas de caña: procedentes de la planta carrizo, una planta que crece en todo el mundo, por lo que son 100% naturales.

Pajitas de bambú: considerado como uno de los principales recursos renovables y un excelente consumidor de CO2.

Pajitas de acero inoxidable: se pueden limpiar con facilidad y reutilizar tantas veces como se quiera sin afectar el sabor de las bebidas, pues no dejan sabor metálico.

Pajitas de vidrio: al igual que los vasos, se pueden lavar y volver a usar. Una alternativa reutilizable que da un toque elegante a tus bebidas.

Pajitas de silicona: tienen la ventaja de ser flexibles y plegarse con facilidad. No contienen PVC.

Como ves, hay muchas opciones para usar pajitas sin dañar al ambiente. Elegir reemplazar las de plástico por otras reutilizables es una acción más para cuidar nuestra casa, el planeta.

Y tú, ¿cuál escogerás?