Tal vez ya podemos conocer el planeta a través de Internet, pero incluso sabiendo que no podemos ser como los exploradores de hace siglos que se internaban a territorios desconocidos, sí podemos descubrir con nuestros propios ojos, pies y sobre todo con los sentidos todo lo que el planeta nos puede ofrecer.

Desde viajar en avión y ver cómo la Tierra se desenvuelve a kilómetros de distancia, hasta el sentir de un bosque escondido en algún pequeño poblado. La naturaleza siempre tiene algo que ofrecernos y esas presentaciones son tan impactantes cuando se hacen en grande o de manera íntima.

Estas actividades pretenden despertar tus sentidos y demostrarte que la naturaleza siempre puede provocar algo en ti que te hará mucho más consciente sobre ella.

Montañismo

Imagina comenzar a caminar de madrugada, con la luna aún iluminando el cielo. El sonido del silencio acaparando toda tu atención y el camino rugoso que te dice que no será un día fácil. No necesitas ser un experto para comenzar a practicar montañismo, pero siempre necesitas de expertos que te ayuden a mejorar. Puedes caminar por horas en los senderos o ser más aventurero e intentar escalar con el equipo apropiado. Cualquiera de las dos actividades te hará entender la fuerza de las montañas.

Carrera en el mar

Para muchos las vacaciones son una excusa para ir al mar, pero la mayoría sólo entra un rato a sentir las olas e incluso hay quienes sólo observan a la distancia. Aunque conocemos los peligros y el respeto que debemos tener al mar, no hay nada como aprender a nadar en él y hacer una carrera, aunque sea corta, para sentir lo que es entregarse completamente a él y entender que no es nuestro territorio y que debemos ser más respetuosos con él.

Saltar desde una cascada

Entrar al mar de forma horizontal es temible, pero caer al agua desde una altura de 10 o 15 metros implica otro tipo de coraje, aunque hay que aceptarlo, es bastante divertido. Saltar al agua es como un salto de fe en el que sabes que saldrás ileso, pero si tienes problemas con las alturas realmente implica soltar miedos y sumergir como alguien nuevo. Si no puedes saltar desde una cascada, siempre puedes intentarlo desde un cenote, en un ojo de agua o simplemente en una gran laguna.

Practicar espeleología

Parece algo temible, pero pocas cosas son tan intrigantes como adentrarte al corazón de la Tierra y explorar sus cuevas. Con un casco con linterna equipada, equipo de seguridad y expertos que te guíen, seguramente escucharás historias tenebrosas son parte del folclor de las cuevas, pero aprenderás que más que siniestras, las cuevas son todo un reto en el que el precio es conocer un ecosistema completamente distinto al que conocías.

Salir a acampar

Una cosa es caminar por un bosque o una montaña y regresar a una cabaña o incluso a casa, pero si decides darle una oportunidad a una casa de campaña, realmente apreciarás todo lo que tienes en casa con mucho más valor.

La tierra húmeda, fría y dura, el sonido del viento susurrando miedos internos y obligándote a mantenerte inmóvil y mucho más, pero lo más importante, el contacto con la naturaleza y con tu propio instinto animal que aún sigue en tus genes.

Existen muchas actividades por descubrir, pero sin duda estos retos en la naturaleza te harán comprender que sin importar cuantas veces vayas a un lugar o realices una actividad, siempre podrás descubrir algo nuevo.