El agua es un recurso insustituible y vital para la humanidad. Es fundamental para el sostenimiento de las actividades económicas, así como para el normal funcionamiento de los ecosistemas y para las especies de las cuales dependemos. Sólo el 3% de la totalidad del agua disponible en el planeta es dulce y está principalmente contenida en los hielos polares y continentales, en los suelos permanentemente congelados, en los acuíferos subterráneos, en la humedad del suelo y en lagos y ríos.
Uno de los problemas más preocupantes es que mientras su volumen se mantiene más o menos constante, la disponibilidad por habitante es cada vez menor. Esto es así debido al aumento poblacional, los crecientes usos insostenibles del agua para la producción y el consumo de productos y servicios, el deterioro de las cuencas hídricas, el derroche, la ineficiencia y la contaminación. A todo eso se le suma la crisis climática global que incrementará el déficit en muchas regiones.
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Sabemos que el agua dulce es un recurso esencial para la vida humana y la sostenibilidad de los ecosistemas, pero ¿qué estamos haciendo para cuidarla?
Huella hídrica
Todo lo que usamos, compramos, vendemos y comemos necesita agua dulce. La huella hídrica (HH) es un indicador ambiental que mide la cantidad de agua utilizada para producir cada uno de los bienes y servicios que utilizamos diariamente.
El concepto de HH fue acuñado en 2002 por investigadores de la Universidad de Twente, Arjen Hoekstra y Mesfin Mekonnen. Establecieron esta variable para obtener información valiosa sobre el consumo real de agua y los usos que hacemos de ésta: desde las fuentes superficiales y subterráneas pasando por toda la cadena de producción y distribución hasta llegar al producto final.
Se puede medir para un proceso, un producto o un servicio, y se utilizan unidades de volumen. Así, se puede calcular el impacto que generamos al comer una manzana (70 litros), usar un jean (10.000 litros) o lavar la ropa (148 litros).
La huella hídrica es el resultado de tres indicadores, divididos en colores, en función de la procedencia del agua:
- Huella hídrica verde: es aquella agua que procede del agua de lluvia o de nieve incorporada en el producto y que queda almacenada en el suelo de manera superficial al alcance de las plantas.
- Huella hídrica azul: es el agua que procede o se capta de fuentes naturales o artificiales (ya sean superficiales o subterráneas). Equivale al consumo directo de agua dulce en los procesos de fabricación de bienes e incluye el agua de riego.
- Huella hídrica gris: se trata de la cantidad de agua contaminada en los procesos y que posteriormente requiere un tratamiento para cumplir con la normativa nacional.
¿Cómo podemos reducir nuestra huella hídrica?
Como consumidores, debemos tomar conciencia de nuestro consumo real de agua y adoptar nuevos hábitos para lograr un manejo más eficiente del recurso y así disminuir nuestra huella hídrica:
1. Reduce el consumo de alimentos que demandan más agua.
Disminuye el consumo de carnes y alimentos procesados y potencia el consumo de frutas y verduras.
2. Toma conciencia sobre el uso del agua a diario en tu hogar.
En el caso de poder elegir, utilizar el lavavajillas con carga completa, en lugar de lavar a mano. Reutiliza el agua que se utilizó para hervir alimentos para regar las plantas, reutiliza el agua de lavado para el inodoro, dosifica el agua de la cisterna o toma duchas cortas en lugar de llenar la bañera, cierra la canilla al lavarte las manos, los dientes o nos afeitarte son algunos ejemplos de hábitos más conscientes.
3. Verifica el estado de las cañerías, canillas, depósitos de inodoros y tanques de agua.
Una canilla que gotea puede perder hasta 80 litros de agua en un día. Asegúrate de que las conducciones de agua en tu hogar estén en un buen estado.
4. Sé un consumidor responsable.
Antes de comprar un producto, reflexiona si realmente lo necesitas. Prendas de ropa, calzado, juguetes, elementos de decoración, muebles, electrodomésticos y aparatos electrónicos. Asimismo, intenta consumir productos locales para evitar la huella hídrica virtual.
5. Evita utilizar agua para descongelar alimentos, y cocina las verduras al vapor.
6. Riega las plantas en la mañana o por la tarde cuando ya bajó el sol.
Cuando el sol se esconde, el suelo absorbe mejor el agua y se evita la pérdida por evapotransipiración. De ser posible, elegie instalar riego por goteo que aprovecha el 95 % del agua.
7. Utiliza aspersores o regaderas y mangueras con pico de corte de agua.
Evita el uso de mangueras al lavar el patio, el auto o la bicicleta. Si utilizas mangueras, ponles un pico de corte de agua.
8. Utiliza el agua de lluvia para regar.
Puedes recolectar el agua en recipientes para aprovecharla.