Los microplásticos son pequeños fragmentos de este material, cuyo tamaño es menor a los 5 milímetros de largo. Se originan de aquellas botellas, envases, textiles sintéticos y otros residuos que no se biodegradan. Así, el plástico se desintegra en porciones más chicas y termina en el suelo y en los mares. Esta problemática preocupa por las consecuencias que trae al ambiente y a nuestra salud.
Recientemente, los expertos han descubierto la presencia de microplásticos en algunos alimentos, como frutas y verduras. Un estudio efectuado en conjunto por el Instituto Yanthai en China y la Universidad de Leiden en los Países Bajos, lo prueba: estas partículas penetran en las raíces de los productos cultivados en el suelo.
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Estos pequeños trozos de plástico forman parte de la composición de muchos productos de higiene personal. Esto se debe al uso de siliconas y petróleo. Como consecuencia de ello, estos residuos contaminan el agua. Sucede lo mismo al lavar prendas cuyas telas sean sintéticas, ya que los tejidos desprenden estas partículas. Además, el uso masivo de plásticos de un solo uso también tiene incidencia en este fenómeno.
Recientemente, se publicó un informe en la revista Frontiers in Marine Science, en el que se revela que 14 millones de toneladas métricas de microplásticos están cubriendo áreas del fondo del océano. Se recolectaron 51 muestras en total y se descubrió que, cada una de ellas, contenía 1,26 piezas de microplásticos por gramo de sedimento. Como conclusión, el estudio determinó que los microplásticos se están hundiendo en el fondo del mar.
¿qué podemos hacer como consumidores?
Debido a la urgencia por contrarrestar esta problemática, la ONU ha propuesto medidas para reducir la contaminación por plásticos y microplásticos. Algunas de ellas consisten en cambiar nuestra forma de consumo, eligiendo productos reutilizables y biodegradables. Por ejemplo, elegir un cepillo de dientes de bambú, o bien utilizar toallas de algodón en lugar de las desechables.
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Asimismo, se sugiere evitar el uso de cosméticos que contengan petróleo o silicona entre sus ingredientes. Sucede algo similar con el detergente y los químicos que utilizamos en la limpieza de nuestro hogar: se aconsejan aquellos que sean orgánicos.
El mejor residuo es aquel que no se genera. Por ello, podemos reemplazar el uso de sorbetes plásticos por los de otros materiales. También los vasos descartables, portando nuestras propias tazas y botellas recargables. Reducir el uso de plásticos de un solo uso y reciclar los que usemos contribuirá a la reducción de estos deshechos tan dañinos para el planeta.
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