Imagina esta situación: vas al cine y ves una película que te encantó. Enseguida, se la recomiendas a algún amigo y, automáticamente, recibes una llamada del director del film para compartir el dinero que le hiciste ganar. ¿Increible no? Ahora imagina que puedes recibir esta recompensa por un producto que, además de gustarte, tiene un impacto positivo con el medio ambiente.
Hace 5 años, a través de la comercializadora de productos para la movilidad eléctrica y sustentable, Rodar Electric SRL, fue lanzada al mercado Emov Brina 1.0, una bicicleta eléctrica creada por inventores argentinos. Emov surge con el fin de ofrecer a la comunidad urbana un medio de transporte sustentable.
Emov ganó su lugar en el mercado de la movilidad sustentable y tuvo mucho éxito en ventas. Sin embargo, este éxito no fue producto de costosas publicidades. Los usuarios, felices de haber elegido un producto amigable con el medioambiente y funcional para moverse en las grandes ciudades, decidieron recomendarlo a sus amigos y conocidos. De esta manera, la “onda Emov” se expandió y hoy son muchos los usuarios que eligen moverse por la ciudad de forma más sustentable.
Al darse cuenta de esto, la empresa quiso premiar a aquellos usuarios que confían en lo efectivo del producto y lo recomiendan. Para esto, Emov propuso una aplicación para Smartphones. En la misma, los usuarios de la bicicleta, podrán cargar los datos del amigo o conocido que esté interesado en adquirir el producto. Una vez hecho esto, la compañía se contactará con él para ofrecerle el producto y las facilidades de pago.En caso de que la venta se lleve a cabo, la empresa depositará una comisión en la cuenta bancaria del usuario que recomendó el producto.
El objetivo de esta operación, es que cada vez sean más los interesados en moverse de forma más sustentable por la ciudad. A su vez, también es una forma de premiar a aquel usuario que confió en el producto y eligió recomendarlo. Todo esto no es más que una forma de expandir la “onda Emov” y que todos los habitantes de las grandes ciudades se contagien las ganas de elegir un transporte amigable con el medio ambiente.